Bebés lactantes con alergia a la proteína de la leche de vaca: cuidados especiales
Mi bebé padece APLV, ¿puedo tomar leche durante el período de lactancia?
- Qué hacer si el bebé lactante tiene alergia a la proteína de la leche de vaca
Los niños desarrollan problemas ante la leche manifestando dos tipos de reacciones diferentes, pueden desarrollar una alergia o una intolerancia. Sin embargo, también se aprecian estas reacciones en bebés lactantes ya que pueden reaccionar a los alimentos que la madre ingiere, entre ellos la leche de vaca. Estos son los cuidados que se ha de tener con bebés con alergia a la proteína de la leche de vaca.
Qué hacer si el bebé lactante tiene alergia a la proteína de la leche de vaca
La alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) es una reacción desmesurada del sistema inmunitario frente a la proteína de la leche de vaca (PLV), mientras que la intolerancia a la lactosa, que se produce cuando existe un déficit en una enzima denominada lactasa, por lo que la lactosa, el azúcar de la leche, se acumula, sin digerir, en el tracto gastrointestinal, produciendo gases y otros síntomas gástricos.
Los niños intolerantes a la lactosa, en general, pueden consumir leche que no contenga lactosa. Además, pueden incluir en su dieta productos lácteos fermentados, ya que en el proceso de fermentación de la leche, las bacterias encargadas del proceso utilizan la lactosa y producen en su lugar ácido láctico, que no suele causar intolerancias.
Los niños con APLV, a diferencia de los intolerantes, suelen reaccionar frente a diferentes proteínas de la leche, aunque en algunas ocasiones su reacción es exclusiva frente a una. En este aspecto, la betalactoglobulina es la proteína láctea más alergénica, ya que es totalmente extraña al organismo.
Por regla general, cuando un bebé lactante amamantado desarrolla APLV, la madre debe prescindir de leche de vaca y cualquier otro alimento que pueda contener proteínas similares a las presentes en la leche de vaca. Lamentablemente, hay cantidades traza de PLV en alimentos que originalmente no tienen leche de vaca en su elaboración, simplemente por contaminación cruzada durante su proceso de elaboración, y por ello hay que extremar las precauciones con los productos industriales. Además, conviene conocer la composición de los aditivos, ya que algunos pueden proceder de la leche.
También es posible que tenga que evitar otras leches y productos lácteos, ya sean de cabra u oveja, ya que sus proteínas se asemejan demasiado a la leche de vaca, pudiendo desencadenar la misma reacción que las proteínas de la leche de vaca.
Si el lactante se alimenta con leche de fórmula, las opciones disponibles son variadas, aunque será el pediatra el que recomiende una u otra. En primer lugar existen leches hidrolizadas o hipoalergénicas, otras que se elaboran con aminoácidos simples y leches elaboradas a partir de bebidas de soja adaptadas. Debido a la reactividad cruzada entre la soja y las proteínas de la leche de vaca, superior al 75% en muchos casos, es conveniente realizar una prueba de tolerancia antes de ofrecérsela a lactante.
El bebé APLV tendrá que continuar con una dieta libre de leche de vaca y sus derivados hasta que el especialista recomiende su introducción. Según las investigaciones más recientes, aproximadamente un 80% de los bebés alérgicos a la proteína de la leche de vaca la superan a los 2 años.
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