Por qué no hay que comparar a unos niños con otros

Qué consecuencias tiene para nuestro hijo compararle con otros niños

En este artículo
  1. Por qué los padres comparan a unos niños con otros
  2. Consecuencias en el niño de compararle con los demás
  3. Cómo ayudar al niño a adquirir cualidades o conductas positivas sin comparar

Los padres tendemos a comparar a unos niños con otros incluso desde que son bien pequeños. Comparamos a nuestros hijos con sus compañeros de colegio o con sus amiguitos del parque y comparamos continuamente a los hermanos entre sí.

¿Qué pretendemos conseguir los padres cuando comparamos a nuestro hijo con otros niños o con sus hermanos?

Por qué los padres comparan a unos niños con otros

Niño triste padres y hermana de fondo

Por un lado, queremos motivar a nuestro hijo a que tomen como modelo a su hermano o a ese compañero de colegio y se comporte como él. Que adquieran esa habilidad, esa conducta, esa cualidad que nosotros adultos consideramos que es admirable y puede ser beneficiosa para nuestro hijo.

Por otro lado, estamos dejando entrever el deseo de los padres de como queremos que sean nuestros hijos, porque nosotros consideramos positiva esa cualidad para nuestros hijos. Sin dejar espacio a las características reales de nuestro hijo, que pueden ser diferentes a la que estamos tratando de que modele de ese otro niño, seguramente porque vemos esa cualidad como beneficiosa y ventajosa para ellos.

¿Pero qué ocurre en realidad con nuestros hijos cuando los comparamos? ¿es realmente beneficioso comparar a unos niños con otros?

Consecuencias en el niño de compararle con los demás

Las consecuencias de comparar a los niños son muchas pero ninguna logra los efectos que pretendemos. Las principales consecuencias son:

1. Creamos envidias entre los niños. Los niños perciben esa comparación como que el amor de los padres entre los hijos se reparte en función de esas cualidades que los padres admiran en uno hijo si y en otro no. Esto crea envidias y celos entre los hermanos que pueden despertar desencuentros entre nuestros hijos.

2. Malogramos la autoestima de nuestro hijo. Les estamos diciendo que sus cualidades no las valoramos, que las cualidades que valoramos son aquellas que ellos no tienen. Esto puede hacer que los niños se sientan inseguros, inútiles, menos queridos, dificultándoles la adquisición de una autoestima saludable.

3. Creamos rivalidad con otros niños: En la comparación con otros niños al igual que con los hermanos, dinamitamos la relación de nuestro hijo con ese niño al que ven como un rival y le perciben como más aceptado por sus padres que el mismo.

Cómo ayudar al niño a adquirir cualidades o conductas positivas sin comparar

Reforzar las conductas positivas. Nuestros hijos seguro que tienen miles de cualidades positivas y beneficiosas, seguro que serán más tierno, más simpático, más gracioso, mas estudioso, más listo que otros niños. Debemos hacerles saber que valoramos todas las cualidades positivas que tiene. Y no solo señalarle y enfocarse en las negativas.

La manera de poder motivar a nuestros hijos para que adquieran conductas positivas es reforzarles esas conductas cuando aparezca, pero no porque la personalice otro compañero u otro hermano. Así motivaremos a nuestros hijos para adquirir esa conducta sin que se sienta comparado en lo negativo con otros iguales.

Tenemos que hacerles saber a nuestros hijos que les aceptamos tal como son con sus virtudes y sus aspectos de mejora, pero que los aspectos a mejorar no influye en nuestro amor por ellos.

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