El síndrome de la madre ausente - ¿Qué es y por qué afecta tanto?

Desde que nacemos el apego es fundamental para el desarrollo emocional del niño. Este vínculo afectivo es el que el niño establece con un número reducido de personas en las que busca proximidad y contacto, siendo un mecanismo innato en el pequeño de búsqueda para sentirse seguro. Por eso, el síndrome de la madre ausente afecta tanto a los hijos. Por lo general, la figura de apego más fuerte en los niños es el de la madre y si esta se ausenta puede herir profundamente a las emociones de los hijos.

Cuando la madre está ausente: ¿por qué afecta tanto a los niños?

El vínculo emocional que se da entre la madre y el niño es muy rápido, teniendo lugar después del parto. Esta conexión ha de tomarse como una relación en la que los cuidados que el pequeño recibe durante las primeras etapas por parte de la madre van a propiciar desde un punto de vista emocional adecuado el aprendizaje progresivo de conductas autónomas. Debido a ello, cuando la madre ya no está es que afecta demasiado.

'A veces me siento mal por dejar a Mariano en la guardería, pero es mejor así porque puedo ir a trabajar y no verlo hasta la noche', cuenta Andrea, venezolana radicada en México que no tiene una red de apoyo inmediata, pero no parece preocuparle. Su madre fue la primera en emigrar al país azteca aunque su trabajo le absorbe mucho. Sin embargo, es ella quien va por Mariano a la salida y lo atiende mientras llega su madre.

Andrea es viuda. Su esposo falleció en un accidente cuando Mariano tenía pocos meses de nacido, por lo que la guardería era la única alternativa para ella. Eso la convirtió en una madre trabajadora y único sostén de su hijo. Pero lejos de sentirse mal o de apresurar su llegada a casa, Andrea prefiere quedarse en la oficina y llegar hasta muy noche cuando sabe que Mariano ya se durmió. Sí, ella es una madre ausente. No hay un apego con Mariano... y parece que no le molesta.

En este punto debemos decir que la existencia de varias figuras de apego propicia un ambiente de adaptación más adecuado para el correcto desarrollo afectivo del niño que la exclusiva relación dual madre e hijo. Así evitaremos problemas por si la madre se 'ausenta'. Lo mismo que sucede con Mariano y su abuela, por ejemplo.

Horarios interminables en el trabajo, circunstancias económicas, etc. hacen que sea difícil tener el tiempo suficiente para crear y fortalecer una relación afectiva sana con el pequeño si no es con la ayuda del grupo familiar o cercano. La desaparición de la figura de apego puede tener también un carácter psicológico. Es decir, se pueden estar satisfaciendo las necesidades físicas pero no las emocionales.

El estar tan ocupados con el trabajo, las redes sociales y, en general, con los quehaceres cotidianos hace que los padres y las madres no consigan conectar de verdad con sus hijos. Es decir, se da una relación carente de alimento emocional con la ausencia de atención, tiempo de calidad, aceptación, o palabras de estima por parte de los padres.

Los duros efectos que genera en el niño la madre ausente

Una relación distante, fría o inaccesible hace que el niño carezca del pilar fundamental para crecer emocionalmente. Así es la relación de Andrea con Mariano. Aunque ella dice que lo ama profundamente y daría su vida por él, lo cierto es que 'prefiero dejar que mi mamá lo atienda, me gusta llegar y darle un beso cuando ya casi está por dormir. Eso sí, yo sigo siendo su madre y él me ve así aunque no seamos tan cercanos', explica.

Pero, como todo, la ausencia de esta relación puede traer consigo consecuencias importantes en el desarrollo del niño como:

- Sentimiento de rechazo
El niño considera que no recibe lo que necesita por parte de la figura de apego y se siente enfadado, traicionado, defraudado y solo.

- Problemas de nutrición
La manera que tiene de expresar que se siente solo es dejando de comer. Inapetencia alimentaria.

- Problemas de salud
Hay estudios que demuestran que los niños con carencias emocionales se enferman de manera habitual.

Qué provoca una madre que se ausenta en las emociones de los hijos

- Problemas de conducta
Conductas en el niño de riesgo para llamar la atención.

- Falta de motivación
Niños con falta de interés en lo que hace. Niños desganados y apáticos.

- Dependencia afectiva
No ha aprendido las habilidades sociales necesarias para poder solucionar sus problemas.

- Baja autoestima
Niños que no se quieren y se sienten inferior a los demás.

- Deficiencia en la comunicación
El niño llora y usa las rabietas continuamente para pedir lo que cree que necesita.

Estos problemas se reflejan en la infancia pero pueden durar hasta la edad adulta. Si ocurre esto y resulta problemático para llevar una vida con normalidad es indispensable que se consulte con especialistas para buscar ayuda.

Andrea está consciente de que su desapego no es normal y que eso puede afectar a Mariano, por eso 'he decidido buscar ayuda, necesito sanar mi dolor por la viudez, pero sé que mi hijo me necesita', cuenta. Pedir ayuda es el primer paso.

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