Qué es el Mindfulness - Cuándo y cómo fomentar la atención plena en niños

El mindfulness ha despertado el interés de muchos padres en la búsqueda de trabajar su propia calma y poder transmitírsela a los hijos. También conocida como atención plena, esta técnica de meditación que se ha vuelto muy popular, es una herramienta muy beneficiosa para todos. Ayuda a centrar la atención a lo que sucede aquí y ahora, es decir, al momento presente, de una forma amable, relajada y tranquila. Pero, ¿qué es exactamente el mindfulness y cómo puede beneficiar a nuestros hijos? Te lo contamos.

De dónde surge el Mindfulness y en qué consiste

El término Mindfulness no es nuevo, hay escritos que contienen este término ya en el siglo XIV, aunque es en los años 70 cuando realmente se 'occidentaliza' tanto el concepto como su uso. Así, en 1979, el Doctor Jon Kabat-Zinn, practicante de la meditación y del yoga, decide incorporar algunas de sus prácticas a sus intervenciones con pacientes con dolor crónico.

Diseña entonces el programa Mindfulness-Based Stress Reduction (MBSR) en la Universidad de Massachusetts iniciándose entonces el uso de Mindfulness como práctica efectiva para mejorar la salud con fines clínicos. A partir de entonces, su uso se ha extendido a otros contextos, como empresas, prisiones, colegios…

El mindfulness es una práctica con raíces en las tradiciones budistas que no sigue ninguna creencia ni religión. Lo que enseña es prestar atención plena al momento presente, a lo que sucede en nuestro cuerpo, nuestra mente y en nuestro alrededor, sin juicios. Es un recurso para ayudarnos a tener conciencia de lo que estamos haciendo y viviendo.

¿Se puede decir que el mindfulness es un tipo de meditación?

Se puede decir que Mindfulness es llevar la meditación a la vida cotidiana. De hecho, en inglés se puede encontrar el término 'mindfulness meditation'. La meditación es como la 'gimnasia' que va a facilitar practicar Mindfulness y vivir con una atención plena en el presente. Sería algo así como ser futbolista sin hacer la parte de entrenamiento físico.

Si existe una diferencia entre mindfulness y meditación es que la primera busca potenciar el enfoque, la atención consciente de nuestra realidad, mientras la segunda busca enforcarse en la relajación, desprendiéndonos por un momento de la realidad.

Meditar implica dedicar un tiempo simplemente a observar lo que pasa… cuando no hago nada. Dedicar un tiempo consciente a observar mi respiración, mis emociones, mis pensamientos, sin hacer nada, sin modificarlos ni cometer juicios; simplemente observando.

Cuanto más se practique la meditación, más fácilmente nos permitirá llevar esa atención plena a nuestra vida cotidiana. Así, uno puede estar meditando (o practicando Mindfulness) cuando camina, cuando lava los platos, cuando conduce, cuando trabaja o cuando lee un cuento a sus hijos.

Se puede practicar Mindfulness sin practicar la meditación formal, pero los resultados cuando se medita son inmensamente superiores. 

Qué puede aportar el Mindfulness al bienestar de la familia

A medida que practicas la atención plena, comenzarás a darse cuenta de lo que sucede a tu alrededor. Algo tan obvio, tan sencillo, pero que en occidente no se practica. Y a medida que te das cuenta de lo que pasa tanto dentro como fuera de ti, comienzas a dejar ese piloto automático con el que todos funcionamos, para responder a las situaciones.

Con el mindfulness aprendes a reaccionar, y a responder conscientemente. Dejas de ser esclavo de tus emociones y de tus pensamientos, para ser consciente de ellos. Con la práctica del mindfulness potenciarás 3 elementos:

• Mejora la atención y la concentración
• Aumenta la capacidad para regular y controlar las emociones, y a relajar
• Tranforma la autoconsciencia

Esos tres elementos generan un efecto positivo en el cuerpo y en la mente de quienes practican el mindfulness. Aquí tienes algunos beneficios:

• Reduce el estrés y síntomas de ansiedad y de depresión
• Aumenta la capacidad de memoria
• Ayuda la capacidad de enfocarse (focus)
• Disminuye la reacción emocional
• Favorece a las relaciones y vínculos interpersonales
• Aumenta el poder de la resiliencia
• Enseña a manejar el dolor
• Refuerza las actitudes positivas
• Estimula valores como la empatía, confianza y otros

Cómo y cuándo empezar a practicar mindfulness con los niños

Muchas personas dicen que meditar es difícil, y que no pueden hacer Mindfulness. Sin embargo, otras dicen:

- ¿Cómo no he conocido algo tan sencillo antes?

La realidad es que no es complicado, porque básicamente se basa en la respiración. Lo más importante es tener intención. Cuando uno comienza a practicarlo, se sorprende de la sencillez de sus prácticas. Pero es que es precisamente esta sencillez la que hace que la mente se vaya aquietando.

Muchos padres se preguntan: ¿A partir de qué edad pueden practicar mindfulness los niños? No existe una edad adecuada para empezar. Lo que difiere es la forma en que se enseña y se practica el mindfulness con ellos. Para los niños pequeños, debes emplear elementos lúdicos, juegos de atención o ejercicios divertidos de respiración.

Y ¿Con qué ejercicios de mindfulness podemos empezar a practicarlos con los niños tanto en casa como en el colegio? Aquí tienes algunas propuestas muy sencillas para poner en práctica con tus hijos o alumnos:

1. Respiración consciente
Consiste en pedir al niño que ponga atención a la respiración, en lo que siente al inhalar y exhalar. Ese ejercicio se puede hacer en casa, en el colegio, en cualquier lugar.

2. Escucha consciente
Consiste en pedir al niño que cierre sus ojos y ponga atención en los sonidos que escucha a su alrededor, tanto los ruidos lejanos como cercanos.

3. Alimentación consciente
Consiste en pedir al niño que al comer, lo que sea, ponga atención en su sabor, olor, aroma, textura, etc.

Con esos sencillos ejercicios tu hijo o alumno podrá empezar a dar sus primeros pasos en el Mindfulness.

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