La sorprendente prueba de embarazo de la rana - Test de embarazo

Antes de la comercialización de los test de embarazo en los años 70 del siglo XX, existía una prueba económica y confiable: la prueba de embarazo la rana. Una prueba que hoy se consideraría poco ética por el trato hacia los animales y que, de hecho, su popularización supuso la desaparición de cientos de especies de anfibios. Actualmente, su práctica está totalmente prohibida, pero durante décadas supuso la manera más fiable de conocer el estado de gestación de una mujer.

Test de embarazo en la Antigüedad - La prueba de la rana

La naturaleza siempre tiene la solución y como seres humanos lo sabemos, para bien o para mal, por eso siempre hemos echado mano de ella como si estuviera a nuestra disposición y nunca se pudiera agotar. Afortunadamente (o por desgracia, según como lo veamos), hoy empezamos a tener otra visión sobre las prácticas con animales y la naturaleza, pero todavía nos queda mucho por aprender.

Corrían los años 30 del siglo XX cuando un científico, Lancelot Thomas Hogben, inyectó la orina de una mujer embarazada en la rana sudafricana Xenopus Laevis junto a sus colegas Zwarestein y Shapiro. La rana desovó en 24 horas, lo que indicaba que reaccionaba a la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), la hormona que se segrega solo durante el embarazo. Así, posiblemente sin buscarlo intencionalmente, se descubrió la prueba de la rana, un test de embarazo infalible, en el que 'solo' se necesitaba inyectar la orina de una mujer en un anfibio para conocer si estaba en estado de gestación tras un día.

Es difícil creer que Hogben hubiese imaginado la devastación que décadas más tarde propició su descubrimiento. Este zoólogo, médico estadístico y lingüista británico fue miembro destacado de la Royal Academy. De origen humilde, se declaró en contra del movimiento eugenésico, el cual consideraba diferentes genéticamente a las diferentes clases sociales y razas. Tras sus descubrimientos en citología femenina, llegó a Sudáfrica a impartir clases en la Universidad de Cape Town, en la que aceptó alumnos negros en sus clases y en su hogar. Se declaró contrario al racismo político en Sudáfrica en su obra Dangerous Thoughts en 1939. Fue en este periodo en el que comenzó a hacer experimentos con la rana Xenopus Laevis y cuando descubrió su capacidad predictiva del embarazo.

Poco a poco, el hallazgo se fue popularizando, hasta el punto de que en los años 60 se convirtió en el método de predicción del embarazo más usado en todo el mundo. Precisamente, por su fiabilidad, rapidez y bajo costo, se extendió a todas las clases sociales. La prueba de la rana se realizaba tanto en los prestigiosos consultorios médicos de Nueva York como en las zonas rurales centroamericanas. Además, la rana podía ser inyectada de nuevo tras 40 días, por lo que era común en los consultorios ginecológicos tener criaderos de varios de estos anfibios.

Otros investigadores como Galli Mainini hizo pruebas similares en 1947 con batracios machos, inyectando la orina de la mujer en los testículos del sapo, lo que provocaba la liberación de células de Sertori, resultando en el desprendimiento de espermatozoides. Esta prueba permitía conocer el resultado en el lapso tan solo de 2 a 3 horas. Así, el mercado de la rana sudafricana y del sapo se hizo patente, afectando no solo a estas especies tan demandadas, sino a muchas otras en otras partes del mundo.

Con la llegada de los test de orina farmacológicos en los años 70, la prueba de la rana dejó de usarse paulatinamente, pero el daño ya estaba hecho. En el Congreso Mundial de Herpetología de 1990, muchos investigadores dieron cuenta de la rápida desaparición de muchas especies de ranas, especialmente en Costa Rica y Panamá. Tras varias investigaciones dieron con el causante, un hongo, el Batrachochytrium dentrobatidis, procedente de la rana sudafricana que tenía los anticuerpos suficientes para transportarlo sin que le hiciera daño. Sin embargo, los anfibios de otras partes del mundo no contaban con esta protección natural propia de la evolución de cada ecosistema. Se estima que más de 200 especies de ranas fueron extintas a causa de este hongo, lo que supone un impacto medioambiental devastador en todos los sentidos.

Hoy, este hongo, todavía es un gran problema para muchos ecosistemas tropicales, por lo que se hacen esfuerzos por detenerlo. Afortunadamente, ya no se hacen pruebas de embarazo de la rana, pero la historia de esta es una lección más de lo importante que es responsabilizarnos de la acción de los seres humanos en la naturaleza, aunque esta esté disfrazada de hallazgos científicos que prometen revolucionar el mundo.

Pruebas de embarazo caseras

Aunque, afortunadamente, la prueba de embarazo de la rana hace mucho tiempo que dejó de ponerse en práctica, hay otros test caseros que se utilizaban antiguamente para detectar el embarazo en los cuales algunos mujeres sí siguen confiando. En Guiainfantil.com te contamos cuáles son las más populares, pero también te recordamos la importancia de verificar el resultado con un test de embarazo de orina o de sangre ya que son los únicos métodos realmente respaldados por la ciencia y la medicina.

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De la prueba de la rana al test de embarazo de farmacia - Cómo y cuándo hacerlo

Qué fácil es saber si estás embarazada hoy en día, ¿verdad? Solo con ir a la farmacia y comprar un sencillo test de embarazo es posible conocer en casa y en tan solo unos minutos si estás esperando un bebé. Pero es importante hacerse bien la prueba para no dudar del resultado, ya que esto puede generar angustia y mucho nerviosismo.

Para que el test de embarazo funcione de forma fiable es fundamental escoger bien el día en que nos hacemos la prueba, ya que la hormona del embarazo se detecta en la orina quince días después de la concepción y no antes. Si realizamos la prueba antes de la fecha, o sea, antes de tener un retraso de al menos un día es probable que el test nos ofrezca un resultado poco fiable, es decir, un falso negativo.

Los falsos negativos se producen cuando el test se realiza antes de tiempo. Los test de embarazo, que se venden en la farmacia o en supermercados en algunos países, detectan la presencia de la hormona hCG en la orina, que solo está presente en las mujeres que están embarazadas. El test, que se presenta en forma de stick o de varilla, contiene anticuerpos que reaccionan en presencia de la hormona del embarazo.

El nivel de hCG alcanza un punto alto entre las semanas 7 y 12 del embarazo. Por este motivo, si el resultado ha sido negativo, pero la menstruación no aparece, seguramente no es definitivamente negativo y lo más recomendable es volver a repetir el test a los cinco o seis días. En cambio, si es positivo, seguro que estás embarazada, salvo si se trata de embriones ectópicos, que son los que se producen fuera del útero, o de embarazos anembrionados (sin embrión) que elevan los niveles de la hormona del embarazo, pero no son embarazos reales.

La mayoría de los test de embarazo son fiables desde el primer día de retraso de la regla. Por tanto, si te realizas el test unos días después de la primera falta de la menstruación y usas la primera orina de la mañana podrás estar más segura de la fiabilidad del resultado. Y es que la primera orina de la mañana, la que aparece después de despertarse, es la más concentrada y el test tiene más posibilidades de ser positivo en caso de que el embarazo sea reciente. Por este mismo motivo, es conveniente que tampoco bebas mucha agua antes de realizarte el test, ya que una ingesta abundante de líquido puede diluir la hormona en la orina.

La gran ventaja, lo que a mí más me gusta, es que todos los test obedecen al mismo principio. Basta colocar el test en un frasco de orina y al cabo de los tres minutos, podemos saber el resultado. Lejos ha quedado ya la prueba de la rana.

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