6 consejos de una guía Montessori para educar sin gritar a los niños
Consejos para criar a tus hijos de forma más consciente y sin perder los nervios
- Tips prácticos para educar sin gritar a los niños
- Consejos de una guía Montessori: educa y cría desde la humildad
- Ante el estrés, los padres pueden perder los nervios con sus hijos
- Crianza consciente: consigue sacar tu niño interior
- Educar a los niños sin gritos: ¿somos padres creativos?
- La importancia para los padres de estar presentes
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Muchas familias están concienciadas de la importancia de educar sin perder los nervios, pero una cosa es la teoría y otra cosa es la práctica. En la práctica, la realidad es bien distinta. Muchas familias se proponen educar sin gritos, pero sin quererlo, se ven gritando una y otra vez, día tras día, entrando en una espiral de culpabilidad. En esta ocasión te doy algunos consejos desde mi experiencia como guía Montessori y la crianza consciente para educar sin gritar a los niños.
Tips prácticos para educar sin gritar a los niños
Primero de mis consejos: trata de entender el cerebro infantil. Comprender mejor cómo funciona el cerebro en desarrollo de tus hijos es clave para educar con empatía.
Un niño que se sube por las mesas, obviamente necesita límites en primer lugar, pero también necesita que alguien comprenda que necesita escalar, que quizá necesita sentirse más integrado y valioso... Cuando no entendemos cómo funciona su cerebro, nos quedamos en el comportamiento, en los límites... Y no vamos a la raíz: acompañar conscientemente sus necesidades.
El resultado son padres que cada vez se sienten más frustrados porque los límites no funcionan y se ven en la necesidad de recurrir a las amenazas, los gritos y los castigos. Y por otro lado, niños que cada vez se sienten más incomprendidos y lo manifiestan en forma de 'mal comportamiento'.
Consejos de una guía Montessori: educa y cría desde la humildad
La humildad es necesaria en la vida y en la educación. Cuando educamos desde la superioridad, los niños crecen en la inferioridad. Si queremos que nuestros hijos crezcan con una sana autoestima, tenemos que empezar por considerarles seres humanos tan valiosos como nosotros.
Ponernos a su altura para hablar, ofrecerles opciones, escuchar lo que tienen que decir y si nos equivocamos reconocerlo, reparar y buscar soluciones con ellos. Muchas personas no gritan a otros adultos, pero sí gritan a los niños, porque adoptan esa posición de superioridad en la que se sienten jefes de los niños. Es una posición que muchas veces han adoptado sobre nosotros cuando éramos niños y la tomamos inconscientemente.
Siempre estamos a tiempo de salirnos de ese rol. Siempre, nunca es demasiado tarde. Educar desde la superioridad es agotador y en muchas ocasiones frustrante. Tú no eres el jefe de tus hijos, eres un líder, los líderes inspiran, motivan. Es un papel que no solo les hará sentir mucho mejor a ellos, también te hará sentir mucho mejor a ti. Educar en la igualdad es mucho más enriquecedor para todos y merece la pena intentarlo.
[Leer +: Cómo arreglar el daño causado al gritar a los niños]
Ante el estrés, los padres pueden perder los nervios con sus hijos
El estrés, el agotamiento y la ansiedad no son buenos compañeros: ¿A quién no se le escapa un grito después de dos años sin dormir, ocho horas de trabajo diarias, lavadoras, comidas, pilates, extraescolares, limpieza y la presión del entorno?
Quizá esto es lo más complicado para poder seguir realmente una crianza consciente. Manejamos el tiempo y la energía como si fueran ilimitados y además pretendemos ser siempre esa madre o ese padre tranquilo, que gestiona todo desde la más absoluta serenidad. Y eso viene rodado, cuando estamos bien. No nos podemos olvidar de nosotros mismos. Cada cierto tiempo tenemos que hacer un mapa de tareas y prioridades: quizá hay cosas prescindibles, que se pueden posponer, en las que podemos delegar, quizá hay hábitos que te pueden ayudar... Y ver si lo más importante está siendo realmente lo más importante.
¿Cuánto tiempo estoy dedicando a la casa? ¿Cuánto al trabajo? ¿Cuánto a redes sociales y pantallas? ¿Cuánto a mis hijos? ¿Cuánto a mí? ¿Distribuyo el tiempo de acuerdo a lo que es importante realmente? ¿Qué puedo hacer para acercarme al mapa que quiero? ¿Cuándo voy a empezar? ¿Qué medidas voy a tomar?
[Leer +: Entender las rabietas de los niños]
Crianza consciente: consigue sacar tu niño interior
Desde mi experiencia como guía Montessori pero también como madre, te tengo que decir que también es muy importante sacar nuestro niño o niña interior. Las obligaciones y responsabilidades nos sumergen a veces en un 'mal humor' y 'queja' continuos. Eso nos aleja de la versión que necesitan los niños de nosotros.
La versión que mi hijo necesita de mí, no tengo que crearla. NO tengo que ser lo que no soy. Tengo que valorarme, quererme y sacar a mi niño o niña interior. ¡Sigue estando ahí! Solo necesito que salga más a menudo. Porque educar no va de ganar a los niños, sino de ganarse a los niños. Y para ganarse a los niños nada mejor que ser un poco más niños.
Educar a los niños sin gritos: ¿somos padres creativos?
Cultivar nuestra creatividad y sentido del humor: cuando una persona consigue hacer reír a un niño, cuando utiliza herramientas creativas como juegos, canciones o el arte para cautivar su atención los niños y niñas se sienten inspirados. Y no hay nada que les motive más que tener a alguien inspirador a su lado. Entonces, se muestran mucho más conectados con nosotros, más dispuestos a tener en cuenta nuestros límites, a escucharnos, a dialogar, a buscar soluciones.
Hay personas que dicen: yo no soy nada creativa. Es inútil. Todos nacemos creativos, ocurre que con el tiempo y los patrones que nos impone la sociedad, nuestra mente se va limitando.
Un día hablando de este tema con un amigo de la familia me decía: 'no entiendo cómo tengo esta mano para los niños, yo no me considero especialmente creativo'. Yo había estado observándole un rato: había estado haciendo unos trucos de magia a los niños. Entre truco y truco, les hacía alguna broma. Los niños estaban totalmente cautivados. Aunque él pensase que no entendía de niños, simplemente hacía lo que los niños necesitan: darles su mejor versión.
La importancia para los padres de estar presentes
Otra de las cosas que los padres debemos aprender es a estar más presentes en lo que hacemos. ¿No te pasa que cuando estás conduciendo vas pensando en lo que vas a hacer de comer? Y cuando empiezas a hacer la comida piensas en que ayer al final no hiciste deporte... Y cuando haces deporte piensas que ojalá lo hicieras más días. Y cuando tus hijos salen del colegio y empiezan a hacer equilibrios por la acera y tú vas pensando en enviar un email... Es normal que tu paciencia sea escasa, porque tu mente está en otra cosa.
Nuestra mente se abstrae con facilidad del presente. El ritmo de vida fomenta un ser multitarea, que tiene que estar continuamente en 'modo hacer' y solemos olvidarnos de 'ser', de vivir los momentos con plenitud. El cerebro, al igual que cualquier músculo, puede entrenarse. La mayoría de pensamientos que generan ruido mental se repiten día tras día, a veces nos atormentan y nos condicionan en muchos aspectos a la hora de ser felices y de educar conscientemente. La meditación para entrenar la atención plena puede ayudar mucho. Es lo más parecido a ir a un gimnasio para el cerebro.
No quiero terminar, sin hacer una reflexión: cada persona sigue su proceso. Si estás en esa espiral de culpabilidad, no te exijas empezar a educar sin gritar a los niños de un día para otro. Es un proceso de crecimiento que puede tomarte tiempo, y como en todo proceso, habrá avances y retrocesos. Lo importante es ir aprendido de los errores, que valores todos los pequeños pasos que das cada día contigo mismo y con los niños y todo lo que haces. Valora la madre o al padre que eres.
Tus hijos no te necesitan perfecto, te necesitan feliz.
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