A partir de qué edad deben empezar a lavarse los dientes los niños

Descubre algunas señales que indican que tu hijo necesita ir al dentista

Conchita Curull, Odontóloga
En este artículo
  1. ¿Cuándo deben empezar a lavarse los dientes los niños?
  2. Señales de que algo va mal en la boca de los niños
  3. La primera visita al dentista de los niños

Los hábitos y rutinas que incorporamos a la vida diaria de nuestros hijos sientan muchas de las bases que mantendrán durante su vida adulta. Un ejemplo muy importante y habitual es la higiene personal y, de forma más concreta, el cuidado de los dientes. Por lo tanto resulta esencial que desde pequeños les acostumbremos a tener buenos hábitos de limpieza bucodental. Pero, ¿a qué edad deben empezar a lavarse los dientes los niños? ¿Cuándo debemos llevarles por primera vez a la consulta de una dentista? ¿Cómo podemos saber si tiene algún tipo de problema?

En Guiainfantil.com hemos hablado con la odontóloga Conchita Curull, que nos ha dado algunos consejos muy útiles y ha despejado nuestras principales dudas.

¿Cuándo deben empezar a lavarse los dientes los niños?

A qué edad empezarán los niños a lavarse los dientes

Unos dientes cuidados son una cuestión estética, pero ante todo hablamos de un aspecto relacionado con la salud. Por eso, los dentistas infantiles coinciden en afirmar que, desde el momento en el que hay dientes, hay que empezar a limpiarlos. Los distintos alimentos que los niños toman desde edades muy tempranas dejan restos en su boca, que hay que retirar para tener una buena higiene bucodental.

Sin embargo, la limpieza dental debe adecuarse a las necesidades de los niños según su edad y capacidades. Debemos tener en cuenta los siguientes consejos:

- En el caso de los bebés a los que les están empezando a salir los dientes son los padres los que deben realizar esta limpieza. Para ello, se puede utilizar un cepillo adaptado para los bebés o una pequeña gasa (a poder ser esterilizada) humedecida en agua. Con este pequeño paño, se deben limpiar los incisivos, con cuidado para no hacer daño al pequeño.

- Una vez que el niño ha crecido, y ya es más hábil, le podemos dar un cepillo de dientes para que se lave él o ella solo. Para ello, debemos buscar un modelo de cepillo que corresponda con el tamaño de su boca.

- Antes de 1-2 años, es mejor limpiar los dientes de los niños sin dentífrico. Con mojarlo en agua, es suficiente. Debemos tener en cuenta que, cuando los niños son tan pequeños no tienen aún el hábito de enjuagarse y escupir, por lo tanto, podría darse el caso de que el niño tragara la pasta de dientes. Como explica la propia odontóloga, esto no resultaría grave para la salud infantil, sin embargo, es mejor que no traguen el dentífrico, especialmente si tiene flúor.

- Los niños aprenden por imitación, por lo tanto, es conveniente que los niños nos vean a nosotros lavarnos los dientes, incluso, que compartamos esa rutina con ellos todos los días. Se fijarán en los movimientos que nosotros hacemos y tratarán de repetirlos.

Además, y como el informe 'Orientaciones técnicas para el cepillado de dientes de niños y niñas que asisten a educación parvularia' del Ministerio de Salud de Chile reitera, los padres deben ser el ejemplo de los niños, pero también deben vigilar la técnica del cepillado que los niños aprenden y corregir cuando algo no se haga bien (los movimientos, la intensidad, las repeticiones...)

Señales de que algo va mal en la boca de los niños

La higiene bucodental y los niños

Ya sea debido a una mala limpieza dental o porque los dientes estén saliendo con una mala colocación, los pequeños pueden sufrir algunos problemas bucodentales que necesitan solución. Por eso, los padres debemos estar atentos a las señales que a continuación detallamos y que deberían alertarnos de que algo no va bien en los dientes de nuestros hijos.

- Si alguno de los dientes cambia de color
A edades tempranas es común que los niños se caigan y se golpeen en la boca, ya que aún no tienen la habilidad de apoyar las manos. De primeras, es fácil darse cuenta de que el labio se ha partido (a menudo sangra) o que se han golpeado en la encía (que también puede sangrar o hincharse). Sin embargo, a veces no le damos la importancia suficiente a que el diente se haya roto.

A veces, con el golpe, la pieza dental puede morir, es decir, se rompe el paquete vasculonervioso que lleva la sangre y el agua al diente, por lo que podría ir cambiando de color: de gris o amarillo hasta coger un color mate.

- Los dientes de los niños están saliendo muy separados o descolocados
A menudo, los dientes de leche de los niños aparecen separados y tienen un tamaño muy pequeño. Esto alerta a los padres, que están preocupados por si los dientes definitivos también saldrán igual. Sin embargo, no tiene por qué suceder así. De hecho, como explica Conchita Currull, no pasa nada si los dientes de leche salen separados, de hecho, es mejor, ya que de esta forma los dientes posteriores tendrán más espacio para salir, ya que son más grandes.

- El niño se queja cuando los alimentos están demasiado fríos o demasiado dulces
En este caso, debemos llevar pronto a los niños al dentista ya que necesita una revisión. Estas molestias o dolores, que los niños expresan en forma de quejas, podrían deberse a las caries. Algunas de las señales que nos pueden alertar de su presencia son pequeños puntitos oscuros en las muelas o si la comida se queda enganchada porque el esmalte ha quedado algo destruido.

- Cuando las encías sangran
La gingivitis es un problema que muchos adultos sufrimos, pero que también los niños pueden padecer. Este se traduce en sangrado de las encías, pero también en hinchazón y sensibilidad dental. También debe ser tratado por el dentista. 

Dado que muchas veces resulta complicado para los padres detectar estas señales que indican que algo va mal en la boca de los niños, resulta imprescindible llevar a los peques a una revisión con el dentista. Lo que nos hace preguntarnos: ¿a qué edad debemos llevar a los niños a este médico?

La primera visita al dentista de los niños

Cuándo los niños deben visitar el dentista

Tendemos a pensar que el dentista es un médico para adultos, al que solo es necesario ir cuando tenemos alguna molestia. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Cuanto antes llevemos a los pequeños al dentista pediátrico, mejor, ya que estaremos fomentando que tengan una visión positiva de este médico.

Según cuenta Conchita Curulll a Guiainfantil.com, desde el momento en el que empiezan a salir los primeros dientes, sobre todo en el caso de las muelas, los niños deben tener su primer contacto con el dentista. Esto significa que los pequeñines tendrían que ir por primera vez a esta consulta al año o año y medio. Igual que llevamos al niño al pediatra para que le haga las revisiones pertinentes, debemos coger el hábito de llevarlo al dentista al menos una vez al año.

De esta forma, los niños empiezan a familiarizarse con el dentista, y con las herramientas que este normalmente utiliza, lo que evita que tenga ese miedo que, incluso, muchos adultos mantienen con el paso de los años. Además de vigilar la buena salud bucondental de los niños, estas primeras visitas al dentista tienen el objetivo de que los pequeños vean estas revisiones como algo natural, necesario y divertido.

¿Y cómo es la primera visita al dentista de los niños? En este primer encuentro, el profesional de los dientes comprobará qué dientes han salido y cómo se han colocado, cómo es la forma que tiene la mandíbula del pequeño, se detectará si hay hábitos de deglución atípica, mirará si existe algún tipo de malformación en el paladar, se analizará la calidad del esmalte dental... Se trata de una visita preventiva de revisión para detectar cómo está la boca y dar algunos consejos de hábitos de higiene y alimentación.

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