El niño va a dormir en la casa de su amigo

Excursiones colegiales, campamentos, convivencias, fiestas del pijama... Quizás ya estás viviendo en tu familia el momento en el que tu hijo te propone pasar la noche fuera de casa. ¿Cuál sería tu reacción?, ¿preferirías mejor que el amiguito vaya a tu casa en lugar de que tu hijo vaya a dormir a la de su amigo? ¿Crees que es demasiado pequeño? ¿Crees que será una oportunidad para que tu hijo establezca una relación especial con su amigo o que quizás tu hijo aproveche la ocasión para relajar su buen comportamiento?

Primera vez que el niño duerme en casa de un amigo

Las reacciones y respuestas son innumerables depende, por supuesto, de cada padre. Algunos estarán encantados de que su hijo pueda dormir en la casa de un amiguito y disfrute de un momento estimulante y motivador, otros pensarán que quizás sea una excelente oportunidad para tener una noche para la pareja en solitario, y a otros nos les hará ninguna gracia que su hijo quiera volar a tan tierna edad del nido, aunque sea por una noche (no vaya a acostumbrarse).

Cuando a mi hijo de 9 años le propusieron la posibilidad de realizar una convivencia en el colegio con los amigos, llevarse el saco de dormir y tumbarse al revoltillo en el gimnasio, se le iluminaron los ojillos. Yo no lo dudé ni un momento cuando le vi la cara, la respuesta fue sí, aunque he de confesaros que de haber sido en otras circunstancias, la respuesta hubiera sido la contraria. Todo depende de que el niño lo desee realmente y de que a nosotros no se nos planteen dudas sobre la seguridad y el grado de compromiso del adulto o adultos responsables de la misión, no tener ninguna duda de dónde y con quién pasará la noche.

En caso afirmativo, nuestro hijo, sin duda, disfrutará de una experiencia inolvidable: primeras confidencias, juegos de grupo, guerra de almohadas, aprender a convivir, participar de actividades colectivas, conocer en otros entornos a sus amigos, establecer lazos perdurables y complicidad con otros niños. Recoger este fruto puede ser de gran provecho para él, pero siempre debemos conocer previamente y analizar responsablemente el entorno y las circunstancias para que éstos sea adecuados a su edad y personalidad.

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