Diez experiencias que los niños jamás olvidarán

Qué de cosas hemos hecho durante nuestra infancia y que jamás olvidaremos, ¿verdad? De niños todo nos atrae, todo nos parece enorme, intenso y atractivo. A lo mejor por ello todo se queda grabado en nuestra mente y, a pesar de los años, siempre recordaremos como si todo hubiese ocurrido hace poco. Aparte de los momentos especiales que he vivido en familia, hay experiencias como nadar en río, jugar bajo la lluvia o con la manguera, que jamás me olvidaré.

Las emocionantes experiencias que los niños jamás olvidarán

Por ello, te contamos cuáles son las diez experiencias que los niños jamás olvidarán.

Sin embargo, cuando tenemos hijos, parece que nos volvemos demasiado temerosos en cuanto a ofrecerles nuevas experiencias. Muchas veces nos olvidamos de lo importante que es el contacto directo con la naturaleza y los materiales, y estamos más preocupados en protegerles de todo.

Pensando en ello, he hecho un listado de 10 propuestas que tus hijos necesitan experimentar en su infancia. Son una fuente de diversión, aprendizaje y de libertad para ellos.

1- Ensuciarse a conciencia
Rebozarse con la arena de la playa, con la tierra..., a muchos niños les atraen la experiencia de manchar sus pies en el barro, en la hierba mojada, en salpicar los charcos, y de mancharse con todo, sin preocupación. Jugar bajo la lluvia o con la manguera son experiencias que jamás olvidarán los niños.

2- Caminar descalzo
Caminar descalzo por la arena de la playa, por el césped, por el suelo de la casa... Dejemos que los niños sientan sensaciones a través de sus pies desnudos sobre las piedras, la nieve, el agua del mar y del río, el barro, etc.

3- Pasear por el campo
La naturaleza es un escenario perfecto para que los niños conozcan nuevas experiencias: hacer picnic, revolcarse por un prado, subir en un árbol para recolectar las frutas y descubrir el placer de comer algo que ellos mismos han cogido con sus propias manos, subir montañas, llegar hasta la cima..., son experiencias que evitarán los miedos en los niños.

4- Estar en contacto directo con los animales
Y no me refiero solo a cuidarlos, hacerles cariño, como también darles de comer a los animales, u ordeñar una vaca o una oveja..., bajo la supervisión de un adulto, claro. Entre un animal y un niño se puede construir una bonita y tierna amistad.

5- Montar un refugio o una cabaña
Con las ramas caídas de los árboles o con cajas de cartón se puede montar cuevas y escondrijos, cabañas de indio como un rincón para compartir con los amiguitos. Si tenéis un jardín y una tienda de campana en casa, estaría bien que los niños durmiesen una noche fuera de casa en la campana. En la piscina, también se puede usar las toallas en el césped para hacer cabañas. Les encantará vivir esta aventura.

6- Construir un huerto casero con los niños
La experiencia de construir un huerto en casa implica plantar, sembrar, regar y cuidar de los vegetales, y luego ver los frutos y saborearlos. Es una experiencia educativa y divertida para los niños. Les llenarán de responsabilidad y compromiso.

7- Comer con las manos
Es una de las experiencias que más placer dan a los niños. Mi hija, de pequeña, se emocionaba con el poder comer guisantes, alguna pasta, cuscús, chuletas, o lo que fuera con las manos. Eso sí, siempre con las manos limpias y en casa.

8- Meterse en un río
Y no solo eso, pero intentar pescar, también es una experiencia imperdible para los niños. Observar los peces, las ranas..., o simplemente chapotear el agua y nadar, es una sensación única. Seguir el curso de un río o rodear a un lago y ver patos, insectos, peces, ranas saltando, puede ser muy divertido a los niños.

9- Construir y volar a una cometa
Elaborar juguetes con materiales reciclados o naturales, es muy sencillo y educativo a los niños. Ellos pueden elaborar juguetes con piedras, con barro, con hojas, inventar una presa en un riachuelo con ramas de árbol, hacer volar una cometa, hacer un palo de lluvia, etc.

10- Saltar en la cama
No hay nada más placentero para los niños pequeños que saltar en la cama y hacer guerra de almohadas. Me pregunto qué niño, alguna vez, no ha experimentado saltar en la cama de sus padres y jugar con las almohadas, en una mañana de domingo... ¡Es buenísimo!

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1. Plantar un árbol con los niños
Una experiencia para que los niños vean cómo responde la naturaleza cuando se la cuidamos. Un árbol que se planta y se cuida puede durar una vida entera.

2. Ver el amanecer y atardecer con los niños
Son momentos mágicos de bienvenida y de despedida del día. Disfrutarlos con los niños les hará saber que la creación es perfecta.

3. Enseñar a los niños a ser solidarios con donaciones y labores sociales
Cuando uno da recibe en doble. Enseña a tus hijos a donar los juguetes y ropas que no usen más a los niños más necesitados. Pídeles que seleccione algunos para llevarlos a instituciones benéficas. Además, los niños pueden apuntarse a ser voluntarios para ayudar a niños y personas mayores, o realizar trabajos de preservación de la naturaleza, etc.

4. Contactar con niños de diferentes culturas
Compartir experiencias con personas de otras culturas, tradiciones, color, costumbres, inculcará en los niños el valor del respeto a las diferencias y de la tolerancia. El niño lo vivirá con más naturalidad y en un futuro vivirán sin prejuicios.

5. Contacto del niño con la naturaleza
Experiencias como la de hacer picnic o acampada en la naturaleza, no solo aportará una aprendizaje especial sobre los animales y la vegetación como también despertará una conciencia en los niños sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente.

6. Tener a una mascota con los niños
Adoptar a una mascota tiene muchos beneficios para los niños y la familia. Cuidar a una mascota hará con que los niños tengan responsabilidad, mejor gestión emocional, y estarán más sensibilizados frente a la necesidad de cuidarse a un animal.

7. Descubrir el talento de los niños
Observa qué habilidades tienen los niños y no escatimes esfuerzos para fomentarlas. Una de las grandes experiencias que pueden tener los niños es conocer qué es lo que les gustan y se les da bien. Es sentirse valorado.

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