4 necesidades del cerebro de los niños para madurar de forma saludable

El cerebro humano es un órgano fascinante que continúa desarrollándose desde el nacimiento hasta la edad adulta. Durante la infancia y la adolescencia, el cerebro infantil experimenta cambios significativos que tienen un impacto duradero en su desarrollo cognitivo, emocional y social. A continuación, hablamos sobre cuáles son algunas de las principales necesidades del cerebro de los niños a la hora de madurar (si queremos que lo haga de forma saludable).

Cómo madura el cerebro de los niños en los primeros años

El cerebro infantil está constantemente cambio y esto es perfecto a la hora de adaptarse al entorno. Es importante destacar que el cerebro es plástico y, gracias a esta plasticidad, se adapta a todas las circunstancias y aprende de ellas. Además, debemos entender que está programado genéticamente para ir madurando con el paso del tiempo y seguir unas etapas evolutivas.

El desarrollo cerebral hace referencia a la evolución de la programación genética que todos tenemos y que nos permite crecer, tanto física como mentalmente. Un bebé nace con millones de neuronas, las cuales aún no están conectadas; con un desarrollo adecuado, estas conexiones neuronales se irán formando y acabarán siendo la base del aprendizaje.

Así, por ejemplo, cuando un bebé empieza a gatear, está descubriendo su propio cuerpo. Se hace consciente de él mismo como unidad y no como una extensión de la madre. Al mismo tiempo, estos pequeños avances en su movilidad son necesarios para que pueda desarrollar la marcha y los demás movimientos motores.

Por otro lado, el balbuceo del bebé es la base del lenguaje. Por este motivo, el bebé necesita toda la estimulación posible para que empiece a trabajar las habilidades lingüísticas: reconocimiento de la voz, de las palabras, de las estructuras, etc.

Las 4 necesidades del cerebro infantil para desarrollarse

Cualquier pequeña acción del bebé representa un avance hacia la maduración de su cerebro. Por ello, debemos ayudarle a que pueda hacerlo dándole los estímulos adecuados. Siempre debemos recordar las siguientes recomendaciones:

1. Respetar los ritmos de desarrollo de cada niño
   Lo primero y más importante es respetar el ritmo propio del bebé. Cada niño tiene un ritmo de aprendizaje y que vaya más lento, no significa que no vaya a desarrollarse por completo. Este ritmo es necesario para que todas las conexiones entre neuronas se formen adecuadamente y, por ende, el crecimiento pueda seguir las etapas necesarias. Cuando queremos que el bebé aprenda más rápido, algunas de las etapas pueden ser pasadas por alto, lo que significa que el niño o niña tendrá más problemas en su desarrollo.
2. Ofrecer un ambiente estimulante 
   Otro aspecto a tener muy en cuenta es que, tanto padres como cuidadores, debemos ofrecer un entorno rico en experiencias para el niño. Su curiosidad es la base del aprendizaje, por lo que se debe realizar una estimulación temprana que le permita alimentar su curiosidad y, por ende, aprender. Son muchos los pedagogos que recomiendan la estimulación desde la no intervención (movimiento libre).
3. Seguridad y amor
   El ambiente del hogar y de la escuela es otro factor de lo más importante en la maduración cerebral del bebé. Cuando un bebé se siente amado y protegido, se desarrolla mucho mejor que aquellos niños que se encuentran en entornos donde no pueden crear un apego seguro, es decir, de confianza y cariño.
4. Una buena alimentación
   Por último, también es relevante destacar que el cerebro requiere de una correcta alimentación para poder desarrollarse. En este sentido, pues, los bebés (y los niños) deben mantener una dieta equilibrada y siempre se deben seguir las pautas de los pediatras.

Cuando un niño presenta dificultades en la maduración cerebral

Si queremos asegurar que nuestro hijo se desarrolle correctamente, debemos estar pendientes de las pequeñas dificultades que pueda presentar a lo largo de su maduración: cuando un bebé no gatea correctamente o si tarda mucho en hablar o pronunciar correctamente las palabras, los padres debemos asegurarnos de que recibe la atención necesaria.

A menudo, puede ser solamente un ritmo de aprendizaje más lento, pero en caso de que exista alguna dificultad, lo más efectivo es identificarla cuanto antes. Solo con esta atención temprana podremos ofrecer al niño las ayudas que necesita que el cerebro madure de una forma saludable.

El cerebro del bebé está programado, gracias a los millones de neuronas que contiene, para madurar y evolucionar. Este desarrollo cerebral es lo que permitirá que el bebé vaya desarrollando sus habilidades y pueda llegar a la madurez. Para que esto suceda, el cerebro necesita una estimulación frecuente, pasar por unas etapas y alcanzar ciertos hitos de desarrollo.

Por ello, es necesario que los padres respetemos el ritmo de nuestros hijos, les ofrezcamos un ambiente sano y rico en experiencias y estemos atentos a las pequeñas dificultades que pueda presentar para ofrecerle las ayudas necesarias.

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