La forma en la que hablas a tu hijo afecta a su autoestima (para bien y mal)

La confianza personal es fundamental en la infancia, pues los niños también se ven afectados por su entorno y esto influye de manera directa en su autoconcepto. Aunque podamos creer que los pequeños están más interesados por jugar y menos por su propia imagen, lo cierto es que la forma en la que hablas a tus hijos afecta a su autoestima, tanto para bien como para mal.

Por ello, en este artículo hablaremos sobre algunos tips para comenzar a utilizar un lenguaje positivo con los hijos que les ayude a generar una buena confianza propia.

Tu forma de hablar a tus hijos afecta a su autoestima

Los niños son esponjas que absorben toda la información que reciben de su ambiente, especialmente de sus padres, quienes son los referentes principales y que pueden incidir directamente en la autoestima de sus hijos. En este sentido, es importante que los padres reflexionemos sobre la forma en la que hablamos con nuestros hijos, pero también debemos pensar sobre cómo construimos el ambiente de nuestro hogar y cómo manejamos las dinámicas familiares.

El lenguaje que se utiliza con los niños va a influir en su autoestima y autoconcepto. De esta forma, si escuchan algo despectivo sobre ellos van a desarrollar diversas inseguridades. En cambio si se les habla con un tono positivo podrán adquirir confianza propia y aprender a distinguir entre lo que les hace mal o bien.

Pero, ¿en qué casos los niños se pueden ver más afectados por el lenguaje que se utiliza con ellos en casa? Se puede ver con claridad cuando los padres no son conscientes en manejar bien su discurso cuando están enojados, por ejemplo, y terminan diciendo cosas que solo agravan la situación. Si se utilizan palabras limitantes, entonces los niños comenzarán a hablarse de la misma manera hasta la adultez, es decir, se hablan a ellos mismos de una forma muy despectiva.

Tal y como: '¡Qué torpe eres!', '¿no ves que lo haces mal?' '¡Lo vas a arruinar si lo haces así!', ¡eres un desastre!'. Esto pasa porque los niños repiten las frases que escuchan de sus padres y se construyen etiquetas negativas que es una 'representación' de cómo creen que sus padres los ven.

Motivar a los niños con frases que empoderen su confianza

Muchos padres están de acuerdo en usar un lenguaje positivo con sus hijos. Sin embargo, cuando llegan los conflictos familiares se encuentran desprovistos de herramientas, se ponen nerviosos y comienzan a usar palabras más negativas. ¿Cómo corregir a los niños sin caer en las faltas de respeto o empatía? Sobre todo, esas que deterioran tanto su autoestima.

La idea no es señalar punitivamente las fallas, sino encontrar una solución viable al problema presente. Es decir, de nada sirve caer y dar mil vueltas en 'qué mal lo has hecho, eres un desastre...'; resulta más útil buscar soluciones (o ayudar a tus hijos a buscar soluciones) sobre aquello que ha sucedido. De esa manera los niños aprenderán a arreglar sus equivocaciones en lugar de cohibirse, ser indecisos o culparse por todo.

Este ambiente se genera sobre todo cuando existe algo negativo que nos pone nerviosos. Porque, todo puede estar perfecto cuando el ambiente está calmado y próspero, pero al momento de enfrentarse a una dificultad, todo se convierte en un caos. Esto hace que los niños interpreten que los problemas solo llevan a más conflictos e insultos, en lugar de ser cosas que ameritan de una solución y trabajo en equipo o, mejor dicho, en familia.

Cómo hablar a los niños para fomentar su autoestima

Puede que existan momentos donde los niños se desanimen a intentar algo (por primera o por segunda vez) debido a que aún no saben cómo manejar del todo la frustración. En esos casos, unas palabras de ánimo u ofrecer ayuda son lo ideal. Decir unas frases alentadoras a los niños no solo les ayudará a motivarse en ese momento concreto de desánimo, sino que les estamos enseñando a automotivarse o ayudar a otras personas cuando más lo necesita.

Se pueden decir frases como: '¿qué necesitas qué hagamos?', 'tal vez es mejor que sigamos practicando', 'las cosas no son imposibles, sino que requieren de práctica', 'quizás juntos podamos hacerlo'. Como verás, todas estas palabras comparten algo: validan las emociones de los niños y les ofrecen seguridad y aliento.

Estas palabras se convierten en acciones que van a motivar a los niños a seguir practicando e intentando hasta que puedan hacerlo, además de saber que pueden contar con el apoyo de sus padres sin ser juzgados.

¿Cómo evitar transmitir a los hijos la baja autoestima de los padres?

Lo primero que hay que resaltar es que no existe un manual para ser padres perfectos, pues cada familia tiene una interacción personal acerca de las crianzas a sus hijos y la comunicación entre todos. Eso es genial porque nos hace darnos cuenta de que existen muchos modelos para acompañar a los niños en su crianza y que, si están basados en el respeto y el amor, todos ellos son adecuados.

Pero sí es importante experimentar con diversas herramientas que sean funcionales y fáciles de aplicar para un entorno específico. También se debe tener en cuenta que cada familia es diferente y lo que puede ser útil para una no necesariamente vaya a funcionar con otra.

Sin embargo, en este caso específico donde los padres tienen una baja autoestima y no quieren transmitirla a sus hijos, lo primordial es buscar ayuda terapéutica. Cuando acudimos a un psicólogo estamos tratando nuestras heridas emocionales, de la misma manera que vamos a un médico a curar una herida física.

Nunca está de más pedir ayuda si creemos necesitarla, sobre todo cuando vemos que una situación se sale de nuestro control, como lo es, la salud mental y emocional. Por lo que, como adultos debemos ser responsables de buscar esa ayuda, para ser buenos modelos para nuestros hijos y así enseñarles que toda dificultad puede ser resuelta si buscamos una solución.

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