Cuándo empezar a condimentar la comida de los niños con sal, aceite o hierbas

Consecuencias para la salud del niño de tomar un exceso de azúcar y sal

Carlota Reviriego, Nutricionista
En este artículo
  1. Cómo, cuándo y con qué empezar a condimentar la comidas de los niños

Según los niños van creciendo, van comiendo lo mismo que los adultos, pero aquí hay que hacer un apunte importante: hay que tener cuidado con cuándo se empieza a condimentar la comida de los niños con sal, aceite y hierbas porque abusar demasiado de ellos puedes ser perjudicial para su salud. 

Cómo, cuándo y con qué empezar a condimentar la comidas de los niños

Cómo, cuándo y con qué empezar a condimentar la comidas de los niños

Como en muchas otras cosas, en el número de sabores que nuestras papilas gustativas son capaces de diferenciar las cosas han variado durante los últimos años, según han ido avanzando las investigaciones pertinentes.

Originalmente, eran 4 los sabores básicos, el dulce, el salado, el ácido y el amargo. Sin embargo, el sabor umami, asociado al glutamato monosódico, se unió hace ya algunas décadas, y está presente en multitud de alimentos, incluyendo nuestro internacionalmente conocido jamón serrano.

En la actualidad se discute incorporar algunos sabores más, como el picante, el astringente, el graso y el harinoso a los ya enumerados, ya que las papilas gustativas pueden claramente separarlos de los 4 o 5 iniciales, haciendo un número final, por el momento, de 9 sabores básicos.

El bebé es capaz de diferenciar todos y cada uno de estos sabores desde su nacimiento, más aún, es capaz de saborearlos a través del líquido amniótico durante su estancia intrauterina, aunque obviamente, algunos le resultan más familiares que otros. Por ejemplo, dado el dulzor de la leche, tanto materna como de fórmula, el sabor dulce es el que resulta más conocido para los lactantes, aunque no necesariamente es el que más les gusta. De hecho, algunos niños se entusiasman ya desde el útero cuando su madre come algunos alimentos como el ajo o el curry, tradicionalmente conocidos por su intenso sabor picante.

Al comenzar la alimentación complementaria, los bebés deben familiarizarse con estos otros sabores, mediante alimentos o especias añadidas a las propias comidas, pero, ¿cuáles? ¿cómo? ¿desde qué edades?

- La sal encabeza la lista de prohibiciones para los bebés por un motivo muy claro de salud: el sistema renal y la hipertensión arterial. El cloruro sódico está presente no solo en nuestro organismo sino también en el de todos los seres vivos, ya sean animales o plantas, por lo que su aporte, si bien es necesario, esta 100% asegurado sin necesidad de aporte externo. Un exceso de sal (aportada de manera externa) significa un aumento de solutos que los riñones de nuestros pequeños han de filtrar para poder eliminarla, trabajando por encima de sus posibilidades y aumentando el riesgo de daño renal con posibilidad de hacerse permanente.

- Al igual que la sal, el azúcar es otro de los enemigos en la dieta del bebé, ya que los alimentos contienen suficientes hidratos de carbono, tanto simples (frutas y harinas refinadas, por ejemplo) como complejos (harinas integrales, patatas, algunas verduras y legumbres…), por lo que el azúcar como tal es absolutamente innecesario, y su aporte indiscriminado puede iniciar el camino hacia la obesidad, con los problemas que ello conlleva: riesgo cardiovascular, problemas de colesterol, diabetes…

Consecuencias negativas de un excesivo consumo de azúcar en la salud de los niños

- Las especias son ampliamente utilizadas en gran parte del mundo, aunque en nuestro país no todas son tan conocidas y mucho menos se consideran aptas para la dieta infantil. El ajo o la cebolla son condimentos perfectamente conocidos y aceptados que pueden usarse en la dieta del bebé desde los 6 meses.

 Asimismo, otras especias, como la canela, la nuez moscada, el orégano, el jengibre, el cúrcuma, el cilantro, el comino o el eneldo son hierbas aromáticas que pueden usarse con libertad en las comidas del bebé, poniéndoles en contacto con matices de los sabores básicos que con la sal y el azúcar no pueden experimentar. Por supuesto, al igual que con nuevos alimentos, la introducción de las especias debe hacerse cada 3 o 4 días para observar posibles reacciones adversas.

- En otros países utilizan además, desde la primera infancia, especias picantes en la dieta infantil. En nuestra dieta, quizá la especia picante más utilizada sea la pimienta, pero en otros, el chili, el pimentón picante, la pimienta de cayena y el wasabi son tan frecuentes que, aunque nos parezca descabellado, los niños se familiarizan con ellas desde que se introduce la alimentación complementaria.

La alimentación complementaria es una transición que permite a la dieta del niño evolucionar desde la lactancia hasta la dieta de sus padres o los adultos con los que convive, por lo que, salvo por razones de salud o falta de aceptación, no existen motivos por los que las especias utilizadas en el ámbito familiar no puedan incorporarse a su dieta a partir de los 6 meses.

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