Enseñar a los niños a diferenciar las críticas constructivas de las destructivas
Cómo ayudar a los niños a aceptar las críticas
- Ayudar a los niños a aceptar las críticas
- Aprender a diferenciar las críticas constructivas de las destructivas
Desde la infancia estamos constantemente expuestos a las críticas. Por ello, enseñar a los niños a diferenciar las críticas constructivas de las destructivas, a recibir críticas y a realizarlas de manera positiva, va a potenciar que se desenvuelvan eficazmente en su entorno social y que su autoestima no se vea tambaleada ante las opiniones de los demás.
Enseñar a los niños a aceptar críticas y desarrollar en ellos la habilidad de realizar críticas constructivas es ideal para favorecer que el niño tenga éxito en sus relaciones sociales.
Ayudar a los niños a aceptar las críticas
Muchas veces cuando recibimos una crítica o una valoración de otra persona nos sentimos invadidos, inseguros e incluso ofendidos. Esto le sucede exactamente igual a los niños. Sin embargo, debemos hacerles entender la crítica constructiva como una oportunidad para mejorar, para ser más eficaces y para crear vínculos de confianza con las personas que nos hacen la crítica.
Por tanto, tenemos que trasmitir a los niños la importancia de aceptar los comentarios o valoraciones negativas, ya que sin lugar a duda les enriquecen y hacen despertar en ellos el interés por mejorar. Las críticas, siempre y cuando sean constructivas, pueden influir positivamente en el desarrollo personal del niño. Ahora sí, es necesario que el niño haya desarrollado la habilidad de escuchar a los demás y de aceptar las críticas para posteriormente reflexionar sobre ellas.
Es imposible que lo que hacemos a lo largo del día o que las decisiones que tomamos sean bien valoradas por todas las personas de nuestro entorno, por lo que es absolutamente normal, y necesario, recibir críticas. Esta es una idea que debemos inculcar a los niños para que aprendan que la crítica es algo que ocurre con frecuencia en las interacciones sociales y para que no las reciban como si fuera el fin del mundo.
Aprender a diferenciar las críticas constructivas de las destructivas
- Las críticas constructivas son aquellas que se hacen desde el absoluto respeto y en un tono amable. El único objetivo que pretende conseguir la persona que realiza la crítica constructiva es ofrecer feedback o retroalimentación a la otra persona para que ésta pueda hacerlo mejor la próxima vez. Este tipo de críticas tienen la intención de ayudar y de favorecer un cambio positivo en la otra persona, no hay nada más detrás de una crítica constructiva por lo que enfadarnos por recibir una crítica constructiva es inapropiado y esto debemos hacérselo saber a los más pequeños.
- Las críticas destructivas son aquellas que se realizan desde una actitud enjuiciadora, irrespetuosa e intimidatoria. El único objetivo de las críticas destructivas es incomodar y/o dañar emocionalmente a la otra persona para que ésta se sienta mal consigo misma. No se pueden aprender de ellas, no aportan información útil ni interesante, por lo que no sirven absolutamente para nada más que para crear un clima de tensión que no lleva a ninguna parte y para debilitar la relación que se tiene con la persona a la que se le hace la crítica.
La crítica es como un martillo, puede servir para construir o para destruir. Todo depende de cómo lo utilice la persona que lo tiene en sus manos. Por este motivo, debemos ayudar a los niños a diferenciar las críticas constructivas de las destructivas para que sepan protegerse de éstas últimas no permitiendo que logren dañar la visión que tienen de sí mismos.
“Es una gran virtud del hombre sereno oír todo lo que censuran contra él, para corregir lo que sea verdad y no alterarse por lo que sea mentira”.
(J.W. Von Goethe).
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