Trucos para no perder la paciencia con los hijos que toda mamá necesita

Estás preparando la cena, un niño está gritando, el otro llora el teléfono comienza a sonar... son esos momentos en los que la adrenalina se dispara, el estrés alcanza cotas inimaginables y la ira nos invade. La situación nos hizo perder la paciencia y quizás llegamos más lejos de lo que hubiésemos querido. En ese momento de arrepentimiento piensas que nunca más volverá a pasarte y, sin embargo, ocurre. ¿Cómo pararlo? Con estos trucos para no perder la paciencia con los hijos que toda mamá necesita.

Consejos infalibles para que mamá no pierda la paciencia con sus hijos

Partamos de la base de que las madres no somos perfectas, llevamos encima el peso de la responsabilidad, el trabajo fuera y dentro de casa, la educación de los niños, problemas, angustias, agobios... Toda esa mochila llena hace que, en ocasiones, no nos enfrentemos a la crianza de los niños con la paciencia que ello requiere. Esto nos lleva a gritar a nuestros hijos, a decirles frases que dañan su autoestima, a no dedicarles el tiempo necesario e incluso, en ocasiones, a responder con violencia, ya sea verbal o física.

Yo me consideraba una persona con una infinita paciencia, era difícil verme fuera de mis casillas y empleaba la mano izquierda antes que los malos modos con la gente. Y hablo en pasado porque descubrí cuando me convertí en madre que los niños, mis hijos, son capaces de hacerme perder la paciencia como nada o nadie en el mundo. Como detesto esos momentos, he buscado, leído y analizado cómo evitarlos. Hoy comparto contigo estos trucos infalibles para evitar perder la paciencia con los niños:

1. Toma un tiempo fuera

Es el principal y más importante. Igual que a los niños les mandamos a pensar, aléjate tu también del foco del problema para poder tranquilizarte y evitar estallar. Vete, cuenta diez, ponte una canción que te guste, respira hondo... Y, cuando ya estés calmada, vuelve al foco del problema para poner orden. Nunca lo intentes durante un momento de ira o gran enfado.

2. Desdramatiza todo

En ocasiones los padres nos tomamos demasiado en serio las cosas y queremos controlar hasta el detalle más mínimo. Los padres que somos muy autoexigentes, tendemos a exigir demasiado a los hijos. Debemos hacer un ejercicio de relajación, no dar tanta importancia a las cosas. Si el niño tira un vaso de agua en la comida, si le apetece una bolsa de patatas, si llora por ir al parque... ¿es para tanto?

Más tips para hacer que mamá y papá tengan más paciencia a los niños

Si un día no consiguen poner en práctica los trucos anteriores y crees que se convertirán en el ogro que no quieren ser, inténtenlo ahora con estos tips:

3. Emplea siempre la empatía

La empatía te ayudará a ponerte en el lugar de tu hijo, a recordar lo divertido que era hacer cosas que prohibían los mayores o lo importante que te parecía esa discusión con tu hermano. Y, un consejo, aplica el método de la escucha activa, es decir, deja de regañarles desde las alturas y baja a su nivel, mírales a los ojos y comprende por qué hicieron algo.

4. No negocies o discutas en un momento de rabia

Si tus hijos se están pegando o si han pintado la pared de la habitación con rotuladores, manda a cada uno a una habitación diferente sin mediar palabra. Volvemos pues al truco infalible para no perder los nervios número 1. Ese tiempo fuera de los niños te dará a ti el espacio para calmarte y a ellos para reflexionar. Después tendrán que pedir perdón al hermano si le han pegado y limpiar lo que han manchado.

5. Realiza actividades antiestrés

Los hijos son, en ocasiones, víctimas de nuestros agobios y problemas. Estar felices, sentirnos a gusto y ser positivos nos ayudará a tener a la paciencia como aliado. Rodéate de gente que te transmita cosas buenas, haz ejercicio físico y guarda un espacio de tiempo antiestrés, por pequeño que sea para ti. No sólo somos madres o padres, también somos mujeres y hombres, con nuestras propias necesidades.

La importancia de trabajar la paciencia a la hora de criar a los hijos

Evitar el ritmo acelerado y desarrollar la paciencia son dos aspectos relacionados que impactan positivamente en la salud mental de nuestros hijos. El ritmo acelerado, el estrés, la falta de tiempo y una agenda totalmente apretada son lo contrario a poder vivir despacio, con paciencia y con atención al detalle. Hasta aquí todos estamos de acuerdo, y es algo fácil de entender.

No obstante, la paciencia es aquella habilidad que nos permite tomarnos el tiempo necesario para abordar un problema o una circunstancia complicada. Los padres y madres sabemos bien la gran dosis de paciencia que se necesita para criar a los hijos: gestionar rabietas, conflictos, peleas entre hermanos, comidas o cenas que no les gustan... todo esto nos exige paciencia.

Sabemos que una persona cansada o estresada tiene más dificultades para ejercer esa paciencia. Si, durante el tiempo que estás en casa, evitas usar el teléfono móvil, desconectas del trabajo y te centras en lo que tienes que hacer notarás que tu nivel de estrés empieza a bajar. Y cuando el estrés disminuye, comienzas a conectar con los pequeños detalles del día a día.

Además, si reservas un espacio para hacer actividades con tus hijos que no estén sujetas a la presión del tiempo ni a normas estrictas, por ejemplo, ir al parque, cocinar juntos o jugar libremente, descubrirás cómo esa conexión con ellos empieza a crecer. Y es precisamente esa conexión la que elimina el estrés, la ansiedad y nos ayuda a ganar paciencia, convirtiéndose en nuestra mejor aliada.

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