Saber ganar y saber perder - Valores con sabiduría para niños
Tolerar la frustración es enseñar a los niños a aceptar que las cosas no siempre salen como a uno le gustaría
- Los niños deben aprender que unas veces se gana y otras se pierde
- Cómo enseñar a los niños a saber ganar y saber perder
- Cuentos cortos infantiles que hablan de frustración
¡Qué bien sabe la victoria! Ganar un partido, un torneo o una partida es una fiesta para todo el mundo y sobre todo para los niños. Sin embargo, tan importante como celebrar la victoria es saber perder y además hacerlo dignamente. Este es un valor que hay que enseñar a los niños, porque de la misma manera que hay que respetar a los rivales, debemos ser conscientes de las virtudes propias.
Dentro de la educación en valores que ofrezcamos a nuestros hijos, debemos enseñarles a saber ganar y perder cuando participen en algún juego o competición.
Los niños deben aprender que unas veces se gana y otras se pierde
Enfadarse después de perder es algo normal, no es solo cosa de niños y llevar a la práctica la famosa frase de consolación 'lo importante es participar' es un reto que requiere esfuerzo y voluntad por parte de cada uno.
Para los niños es más difícil todavía porque no tienen la madurez emocional necesaria para controlar sus sentimientos, son muy egocéntrico por su condición de niños, desean ser el centro de atención de todos los que les rodean y no llevan bien eso de no obtener lo deseado. En este sentido, es muy importante que los padres trabajemos en la familia la tolerancia a la frustración, puesto que esta va a ser una emoción (muy desagradable) a la que los niños se van a enfrentar en muchas ocasiones a lo largo de su vida adulta.
En ocasiones, los niños convierten su terreno de juego, ya sea una cancha o un parque infantil, en un campo de batalla. Todos quieren llevar la voz cantante, decidir a qué se juega, la formación de los equipos, las reglas del juego... Así, antes de empezar a jugar ya se han convertido en pequeños 'mandones', líderes en potencia a los que les gusta decidir a qué se juega, cómo y con quién, aunque aún deben aprender a hacerlo de una forma asertiva.
Una vez dentro del juego, algunos llegan a hacer trampas para salirse con la suya y ganar a toda costa, pero ganar o perder no depende solo de uno mismo, generalmente es una labor de equipo, a la que cada uno debe contribuir con su granito de arena y la suerte es un azar que también juega, unas veces a favor y otras en contra.
Cómo enseñar a los niños a saber ganar y saber perder
Tener un mal perder lleva a algunos niños a no querer participar en los partidos o competiciones deportivas cuando sospechan que van a perder, a abandonar y a echar la culpa al entrenador o a cualquier otro responsable de sus lamentos. Estamos de acuerdo en que perder con una sonrisa es muy complicado, pero lejos de ese ideal casi inalcanzable para la condición humana, sobre todo hablando de niños, es importante enseñar a nuestros hijos un grado de tolerancia a la frustración para que el mundo no hunda a sus pies cuando no se logra lo que se desea.
- Unas veces se gana y otras se pierde
En esta difícil tarea de educar a los hijos resulta esencial que comprendan que unas veces se gana y otras se pierde, que no saber perder hará que se ganen la antipatía de sus compañeros y que ser un tramposo para lograr la victoria solo conseguirá que los demás le cuelguen el cartel y prefieran no jugar con él porque no practica el juego limpio.
- Alégrate siempre que tu hijo gane o pierda
Debemos festeja cuando nuestros hijos ganen, pero también cuando pierdan. De esta forma se darán cuenta de que no está tan mal perder.
- Reflexiona sobre el ejemplo que das a tu hijo
En este sentido tenemos que enseñar a los niños a través de nuestro ejemplo que hay que respetar a nuestros rivales cuando nos ganan, pero también cuando pierden. ¿Alguna vez te has parado a reflexionar cómo te diriges tú al árbitro cuando ves un partido de tu equipo favorito? ¿Qué tipo de frases dices durante la retransmisión? Recuerda que nuestro ejemplo educa a nuestros hijos.
- Alienta y motiva a los niños
Por otro lado, siempre se habla de que debemos usar frases para motivar a nuestros hijos a sacar lo mejor que llevan dentro. Sin embargo, es importante tener en cuenta que nuestras palabras deben servir para reforzar y alentar a nuestros hijos (y no tanto elogiarlos). Por ejemplo, resulta mucho más alentador que digamos 'Puedo ver cuánto te has esforzado durante el partido' que 'eres el mejor del mundo mundial'.
- Refuerza su esfuerzo (y no el resultado)
Enfoquémonos en el esfuerzo que nuestros hijos han hecho y no tanto en el resultado que han obtenido (para que aprendan a apreciar lo que ellos han conseguido, en lugar de tener la necesidad de aprobación de los demás).
- Entrena la tolerancia a la frustración
Para lograr estos objetivos es fundamental que los niños se acostumbren a oír la palabra no, porque el no también educa, que conozcan el verdadero significado de la palabra respeto, que evitará la humillación y el ridículo del perdedor, y que vuestro ejemplo sirva de hoja de ruta para el comportamiento del niño en el futuro. Ganar unas veces y perder otras es el precio por disfrutar de una actividad compartida.
Cuentos cortos infantiles que hablan de frustración
Los cuentos cortos son un recurso educativo muy útil para que los niños aprendan a reconocer, identificar y gestionar la frustración, una emoción que suele resultar muy desagradable pero que, lamentablemente, se suele sentir de forma frecuente. A continuación te proponemos algunos cuentos para trabajarlo con tus hijos.
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Bibliografía
- Cañizares, M.J. Batanero, C. Serrano, L. Ortiz, J.J. (1999) Comprensión de la idea de juego equitativo. Números, revista didáctica de las matemáticas, (37), pp 37-56. Disponible en: https://www.ugr.es/~batanero/pages/ARTICULOS/JUEGOS.pdf
- Vila Merino, E.S. (2006) Educar en valores, educar por los derechos humanos: la reflexión y el diálogo como estrategias mediadoras para la prevención y resolución de conflictos. Revista Iberoamericana De Educación, Vol 37(5), pp 1-13. Disponible en: https://rieoei.org/historico/deloslectores/1138Vila.pdf