8 importantes motivos por los que educar en la sorpresa a los niños

Apenas dura unos segundos, porque rápidamente se transforma en otra emoción nueva. Según aparece se va, pero la sorpresa es muy importante para el desarrollo y el aprendizaje de los niños y, como padres, tenemos la obligación y el deber de mantenerla viva y de cultivarla. ¿Quieres saber por qué? Estos son los 8 motivos por los que debemos educar en la sorpresa a los niños.

Qué es la sorpresa y qué rasgos la definen 

La sorpresa, también llamada asombro, perplejidad o sobresalto, es una reacción emocional muy espontánea, provocada por un acontecimiento imprevisto, por algo que tú no esperas, por ejemplo, por una persona que aparece de repente. ¿Nunca te has fijado la cara que pone un bebé cuando juega al Cucu-tras? ¿Y cómo abre los ojos para no perderse nada? ¿Y las veces que te pide que vuelvas a sorprenderle? ¡Es maravilloso!

Esta emoción se denomina neutra, ya que no se puede clasificar ni como positiva ni como negativa. Otra de las características que la definen es que después de la sorpresa viene otra emoción. ¿Cuál? ¡Dependerá! Puedes sorprenderte por algo que te produce mucha alegría, como la visita o el encuentro con una persona que hace mucho tiempo que no veías. O, también, puedes tener una reacción de asombro porque has descubierto que te han robado el coche y, seguidamente, lo que viene puede ser un enfado, rabia, ira o miedo.

En otros casos la sorpresa nos puede alertar de un peligro. Por ejemplo, estamos cruzando un semáforo o un paso de cebra con los niños y, de repente a lo lejos, vemos que se acerca un coche a gran velocidad. Nos sorprende que no tenga intención de parar, pero a su vez nos está diciendo que debemos correr para llegar al otro lado de la calle.

La sorpresa es muy veloz y podríamos decir que es la emoción más rápida de todas y, también, es la que antes se pierde con los años. Por ejemplo, un bebé de un año se sorprende por casi todo, porque todo es nuevo para él; sin embargo, según nos vamos haciéndonos mayores, nos cuesta mantener el asombro a diario.

Entre las consecuencias que provoca esta emoción destaca, según el informe 'Psicología de la emoción: el proceso emocional', realizado por Mariano Chóliz Montañés, departamento de Psicología Básica Universidad de Valencia, 'aumento brusco de la estimulación, incremento momentáneo de la actividad neuronal y de la actividad cognitiva y sensación de incertidumbre'.

Razones para educar a nuestros hijos en la sorpresa y el asombro

1. La sorpresa es una emoción que favorece e influye positivamente en el aprendizaje de los niños. Les provoca curiosidad e interés por querer saber más y despierta su atención por continuar estudiando o descubriendo determinadas cosas sobre una materia en concreto.

2. Le lleva a expresar frases como '¡Ah, quiero saber más!', '¡Qué curioso. Eso no lo sabía yo! o '¡Esto nunca me lo habían contado!' y eso les lleva a investigar y a buscar por sí solo más información. Todo esto hace que el niño empiece a ser más autónomo, más independiente y más responsable.

3. Si, además, incluimos la sorpresa como un ingrediente básico en nuestro día a día conseguiremos que nuestros hijos sean más felices y, a su vez, estaremos construyendo un hogar familiar en el que el optimismo reinará.

4. La sorpresa también puede ayudar al niño a mejorar su autoestima y el concepto y la visión que tenga de sí mismo. Imagínate la situación: ha estudio mucho para aprobar un examen y, al final, saca un 8 o un 9. ¡Empezará a creer más en él y descubrirá que puede hacerlo bien! 

5. Cultivar esa mirada infantil de descubrir todos los días algo positivo es muy interesante, porque les transmitimos a los niños el mensaje de que la vida es muy bonita, que merece la pena vivirla y que debemos disfrutar de los pequeños placeres como preparar una receta o dar un paseo en bicicleta por el barrio.

6. Si todos los días hay alguna sorpresa (una mirada, ir a buscar al niño al colegio, prepararle su cena favorita, contarle un cuento...), es decir, que ocurra algo que él no se espera, hará que como familia salgáis mucho más fortalecidos y se creen vínculos familiares más fuertes.

7. El niño que sabe identificar y aceptar las sorpresas aprenderá a gestionar su efecto positivo o negativo, a tener una respuesta ante ellas y asumir con total naturalidad que forman parte del día a día. Esto se hará extensible a otras emociones como la alegría o la frustración. 

8. Y, por último, al ver las consecuencias positivas que genera la sorpresa en él, intentará predicar con el ejemplo y buscar formas de sorprender a papá, mamá, los abuelos, los tíos o los primos. ¿No es maravilloso? 

'Un regalo sorprendente'. Cuento infantil para sentir 

Sobre la sorpresa ha hablado en este vídeo Begoña Ibarrola, psicóloga, pero también ha escrito sobre ella en diversas ocasiones, como en el cuento 'Un regalo sorprendente' (Editorial SM), recomendado para niños a partir de los tres años.

Es el cumpleaños de David y su familia organiza una fiesta a la que invitan a sus amigos y familiares, entre ellos, la abuela Carmen, a la que quiere mucho. ¡El niño se encuentra muy emocionado porque es un momento especial y todos sus seres queridos están con él!

Después de apagar las velas, David abre con rapidez todos los regalos y deja para el final el de su abuela, que casi siempre era un regalo diferente a los demás. Al abrirlo se encuentra con una caja y dentro una llave. ¿De dónde sería esa llave? ¿Cual sería el regalo de su abuela? ¡Toda una sorpresa!

Más recursos para trabajar esta emoción en casa 

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