Consejos para ayudar a los niños a conseguir todo lo que se proponen

La constancia es un valor que se aprende desde niños. Seguro que tú, como adulto que eres, conoces a personas que cuando se marcan un meta ponen de todo su esfuerzo para lograrla. Y seguro que sabes también de otras personas que a la primera de cambio tiran la toalla, lo dejan, abandonan o se marcan otra meta olvidando por completo la primera. Ser constantes es una cualidad y también un valor que tú como madre y padre puedes enseñar a tus hijos. Te damos una serie de consejos que ayudarán a los niños a conseguir todo lo que se propongan.

La importancia de los pensamientos positivos en la educación de los niños

Los pensamientos positivos juegan un papel importante a la hora de ser constantes. Influyen en la forma en la que nos relacionamos con los demás, definen nuestra personalidad, nos hacen estar de mejor humor... Claro está que no es sencillo tener esos pensamientos positivos, no al menos lograr que sean una parte de nuestra vida.

En Guiainfantil.com te presentamos el reto de 12 meses 12 pensamientos positivos con el que tus hijos aprenderán valores además de saber cómo lograr todas las metas que ellos mismos se marcan durante su infancia y también en su vida adulta.

5 consejos para que tus hijos logren todo lo que se proponen

Habrá ocasiones en los que tus hijos no lograrán todo lo que se proponen, pero a través de ese esfuerzo que han hecho por alcanzarlos sí sabrán qué hacer para llegar una meta, qué deben tener en cuenta y cómo pueden conseguir que los pensamientos positivos sean parte de su día a día.

1. Muéstrales que esforzarse es el primer paso para lograr algo 
Esforzarse es algo que hacemos todos, mayores y pequeños. El esfuerzo nos ayuda a lograr un fin y a sentirnos orgullosos de ello. Nos esforzamos y también repetimos las veces que haga falta. Si hacemos las cosas y nos salen a la primera, ¡genial! Sino, seguiremos, con esfuerzo, hasta que lo consigamos.

2. Refuerza su autoestima
Otra forma de enseñar a tus hijos a que consigan lo que se proponen es reforzar su autoestima con palabras de aliento, con ánimo y con una actitud positiva y de apoyo.

3. Cultiva la paciencia y la perseverancia
Una característica común en los niños es la inmediatez, quieren algo y lo quieren ya. Lo que quiero decirte es que le expliques a tus hijos que lograr aquello que se han propuesto no tiene por qué ser de un día para otro. ¡Los sueños no tienen fecha de caducidad!

4. Comparte tu alegría y la suya
La alegría es el remedio mágico que mejor funciona para evitar el desánimo cuando, por ejemplo, nuestros hijos aún están en el camino de conseguir aquello que se han propuesto, ya sea aprobar ese examen tan difícil o lograr que sus padres le den permiso para ir al cumpleaños al que le han invitado. 

5. Explícales que el miedo no nos puede paralizar
Tener una actitud positiva en la vida es importante de cara a los objetivos y a los retos, los que nos ponemos nosotros mismos y los que nos da la vida. Sin embargo, debemos recordar que el miedo al fracaso puede que esté ahí pero, como es un sentimiento más, no debemos dejar que este nos pare, de eso nada, ¡somos las fuertes que todo eso! 

La teoría de las 10.000 horas que debes contar a tus hijos: el éxito tiene que ver con el esfuerzo

Antes hemos dicho que el esfuerzo es importante para lograr algo. ¿Por qué es tan necesario? Permíteme que te hable del estudio que indica que el 87% del éxito y de la felicidad tiene que ver con habilidades emocionales y con la capacidad de ser proactivo, tener iniciativa, autonomía, saber comunicar y saber autoliderarse.

El éxito tiene que ver con esa capacidad y no tanto con las habilidades intelectuales que tengas o la capacidad de repetir datos de memoria, curioso, ¿verdad? Eso es algo que se consigue, se entrena y se mejora a base de esfuerzo y perseverancia. Tú puedes tener una predisposición natural hacia algo, pero si no te esfuerzas... ¡no vas a conseguir nada!

Hay un psicólogo llamado Anders Ericsson que hablaba ya hace tiempo de la teoría de las 10.000 horas. Decía que para que una persona llegue a ser un experto en algo, un virtuoso, tiene que invertir en su vida 10.000 horas. Imagínate si pensamos en 10 horas a la semana, serían 20 años. Si en vez de 10 horas, le dedicas 20 horas a la semana, quiere decir que en 10 años consigues un nivel virtuoso. Si en vez de dedicarle 20 horas a la semana, le dedico 40 horas, quiere decir que en 5 años te habrás convertido en todo un experto en cualquier cosa que sea que te hayas propuesto.

Esto es complicado e interesante de conocer porque quiere decir que el éxito, muchas veces, está más relacionado no con la capacidad innata que tenemos, con el potencial o lo brillante que tú seas, sino que tiene que ver más con el esfuerzo.

Si detrás de una idea, que a simple vista parece maravillosa, no hay un esfuerzo y una constancia, nunca podrá hacerse realidad. Si uno no se esfuerza, da igual el potencial que se tenga, da igual la valía personal, da igual lo que crean en ti o lo que tú creas en tus hijos, si no enseñas a tu hijo a que se esfuerce no va a conseguir nada en la vida. Al final lo que yo siempre digo trabajando con pequeños y con familias, y como decían en la película 'Regreso al Futuro': 'El futuro no está escrito'.

Siempre que trabajo con adolescentes, les digo que la vida es como pintar un cuadro y ese cuadro está en blanco, y eres tú el que está pintando y dibujando. Y si tú quieres tener un cuadro bonito, tienes que esforzarte, tienes que dedicar tiempo, tienes que poner amor y cuidado, y poner energía para que eso se convierta en algo realmente bello. 

Si no pones ese interés, esa energía, ese esfuerzo en ese cuadro que es el cuadro de tu vida... (se lo digo además con una palabra fea), les explico que 'esa cagarruta de cuadro que estás pintando es lo que tú vas a tener de mayor'. Entonces no es ni para papá, ni mamá, ni para tus profesores, es para ti (para ellos).

El esfuerzo va unido al pensamiento positivo

Todo esto va unido al pensamiento positivo, que es muy importante porque una persona que tiene un pensamiento positivo se va a esforzar más. Imagínate que eres un jugador de baloncesto y vas a tirar a canasta. Entonces tiras, fallas y tienes un pensamiento positivo: 'A la siguiente lo consigo, fijo'.

Visualizas a Michael Jordan y Pau Gasol diciendo 'a la siguiente'. Si Pau Gasol es negativo. ¿Qué hace? 'No, no tiro, porque voy a fallar de nuevo, voy a fallar, no, no, esto es horrible'. El pensamiento positivo te ayuda también a que tú te esfuerces. Por lo que es básico que nuestros hijos se entrenen y vean ese esfuerzo, y que esa capacidad la vean en nosotros primero como padres y como madres. 

Cuando ese esfuerzo forma parte de nosotros, podemos intentarlo una y otra vez. 'Te has equivocado, no pasa nada, inténtalo de nuevo'. Lo importante no es las veces que te caes, si no las veces que te levantas. 'Esfuérzate de nuevo, venga hijo, ¡tú puedes!'. 

Recuerdo cuando estaba un día en la piscina con mi hija Candela y una amiga suya (tenían seis años). Mi hija se tiró decidida, pero su amiga se acercó donde yo estaba y me dijo: 'Ay, es que me da miedo'. Y yo le comenté: 'Si crees que no puedes hacerlo tienes razón, que crees que puedes hacerlo, también tienes razón. Tu cerebro funciona así. Así que, ¿tú qué crees: qué puedes o que no quieres?'. Se quedó pensando y me dijo: 'Mario, que sí puedo'. ¡Y se lanzó de cabeza!

El esfuerzo a veces tiene que ver con esa imagen que tú tienes, esa autoestima, esa capacidad de decir 'puedo o no puedo'. Así que vitaminas de esfuerzo hay que echar en el desayuno, en la comida y en la cena para que nuestros hijos crezcan con energía de crecer y mejorar.

¡La educación en valores y en una actitud positiva es la más valiosa que podemos dar a nuestros hijos! 

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