6 falsos mitos de Montessori y los niños que te has llegado a creer
¿Es verdad que el método Montessori es una moda? ¿Es caro y elitista? ¿Prepara a los niños?
- Falsos mitos de Montessori - 1. Los niños hacen lo que quieren
- El método Montessori y sus mitos - 2. No prepara a los niños
- Educación Montessori - 3. Es un método elitista y caro
- Mitos que te has creído - 4. Montessori no favorece la creatividad
- Los mitos falsos de Montessori - 5. Necesitas mucho espacio en casa
- Montessori y los niños - 6. Es solo una moda
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La pedagogía Montessori está rodeada de falsos mitos y creencias equivocadas que la desvirtúan. En esta ocasión vamos a destapar algunas de las 'leyendas urbanas' más comunes y veremos qué es lo que realmente hay detrás. Y es que, a menudo, estos falsos mitos de Montessori, relacionados con cómo repercuten en el desarrollo y aprendizaje de los niños, están tan extendidos que es posible que, incluso, te los hayas llegado a creer.
Falsos mitos de Montessori - 1. Los niños hacen lo que quieren
Empezamos analizando uno de los mitos Montessori más extendidos: Los niños y las niñas hacen lo que les da la gana. ¡Falso!
Hay mucha confusión entre educar en el respeto y educar en la permisividad. Muchas personas piensan que son sinónimos, cuando en realidad, son cuestiones totalmente contrarias. En Montessori es muy importante la libertad de los seres humanos, sin embargo, es una libertad acotada que garantiza en todo momento una convivencia en armonía. La libertad es progresiva y va evolucionando a medida que lo hace el niño. Un niño no tiene libertad para pegar a otro, para golpear un vaso o para subirse encima de una mesa. Eso no es libertad, es abandono.
Los límites son una expresión sana de amor, cuando se ponen con empatía y asertividad. Poner límites no puede ser ordenar y prohibir sin ver más allá, porque eso es reprimir. Para poner límites hay que observar el comportamiento del niño ya que de esta forma nos está expresando sus necesidades.
Puede que detrás de esa acción de golpear un vaso cuando se ha enfadado, haya una necesidad afectiva sin cubrir, puede que haya una necesidad física de golpeo, o simplemente un interés por explorar. En el método Montessori, el niño será guiado para que pueda cubrir esas necesidades en un lugar útil: machacar algo en la cocina, por ejemplo. Y tendrá libertad de hacerlo tanto como quiera porque tiene un ambiente preparado que precisamente le permite cubrir esas necesidades.
En Montessori hay una gran autodisciplina porque los niños y niñas son guiados desde el respeto y no solo aprenden a obedecer, aprenden a pensar.
El método Montessori y sus mitos - 2. No prepara a los niños
Seguimos con los mitos del método Montessori: Los niños estarán menos preparados. ¡Falso!
Una educación Montessori es una educación para la vida. En la educación tradicional lo académico se sitúa en primer lugar por encima de todo lo demás: castigos, notas, deberes, exámenes... Todo para que haya evolución académica y sin tener en cuenta la repercusión que pueden tener estas herramientas en la autoestima.
Sin embargo, en Montessori sucede al revés: primeramente se tienen en cuenta las necesidades humanas, se educa para la vida, para que nos podamos sentir en armonía dentro de ella, para que crezcamos sanos e integrados en valores, en habilidades, en emociones y también, por supuesto, en conocimientos.
Cambiar el método, supone un cambio total de resultado. Mientras que muchos niños y niñas acaban sintiéndose pronto cansados de las tareas repetitivas, monótonas y pasivas del aprendizaje tradicional, en Montessori los niños y niñas aprenden de forma activa: pueden elegir trabajar con un material de matemáticas o con uno de lengua, pueden elegir cuánto tiempo trabajan y en qué lugar. Y lo hacen desde su propio interés y desde la experiencia: manipular, moverse, sentir...
A través de este método educativo, los niños se sienten dueños de su aprendizaje, sienten sus logros, sus progresos... Y conectan cada aprendizaje con la vida. Curiosamente, los niños y niñas en Montessori suelen tener mucha curiosidad y sed de saber cosas nuevas, les gusta aprender, trabajan motivados guiados por su propio interés, y van sacando lo mejor de ellos mismos. Tienen una gran cultura global con pocos años de edad, a veces, más que muchos adultos que han pasado años y años de su vida memorizando en un escritorio.
Educación Montessori - 3. Es un método elitista y caro
El tercero de los falsos mitos de Montessori del que me gustaría hablar es uno que está muy extendido: Es un método elitista y caro. ¡Falso!
La realidad es que María Montessori fundó su primera escuela en una zona marginal de Italia. Su objetivo era que su método educativo llegara a todos los niños y niñas del mundo, sin embargo, las dictaduras frenaron la expansión imparable de las escuelas Montessori.
Ella no quería educar niños/soldado, quería una educación para la paz, con personas que pudiesen pensar por ellas mismas y desarrollar la empatía y el amor por el mundo. A día de hoy es cierto que en España la mayoría de colegios Montessori son de carácter privado, no porque sea muy costoso integrar el método en la educación pública, sino porque no hay voluntad ni interés por hacerlo.
Mitos que te has creído - 4. Montessori no favorece la creatividad
Vamos a por el siguiente falso mito de la filosofía Montessori: No favorece la creatividad de los niños. ¡Falso!
Esta es una de las críticas más extendidas. Muchas personas confunden la creatividad con la fantasía. No hay que confundir estos dos conceptos porque nada tienen que ver. María Montessori decía que la imaginación es una expresión de la búsqueda de la verdad, por eso los niños tienen esa imaginación desbordante durante sus primeros años: la necesitan para abstraer ideas sobre lo concreto y hacerse una idea del mundo que les rodea.
Durante los 6 primeros años de vida se crea la estructura del cerebro de los niños. En esa etapa todavía se necesitan muchas experiencias para ordenar percepciones, sensaciones, emociones y recuerdos. Poco a poco, la experiencia va ordenando todo, creando las bases de la estructura cerebral que acompañará al ser humano el resto de su vida.
De ahí, que en Montessori se dé tanta importancia al orden, a lo concreto, a la manipulación, a aislar dificultades con cada material: de esta manera se facilita e impulsa esa tarea de construcción del plano cerebral. En este proceso, la fantasía crea nebulosa, porque no encaja en el orden conocido desde la experiencia. El niño está adquiriendo su idea del mundo: todo lo que ve, lo que escucha, lo que siente, sirve para crear un nuevo cajón en su cerebro en el que clasificar ideas y conocimientos.
La creatividad es impulsada por el respeto y la libertad. Un niño no va a ser más creativo porque le cuenten historias sobre unicornios si luego le dicen qué es lo que tiene que dibujar y con qué colores. Un niño o niña será creativo cuando vea respetadas sus necesidades y pueda seguir sus intereses, cuando tenga libertad para trabajar, para crear, para expresarse... No hay creatividad cuando pones una cartulina y muchas pinturas al alcance del niño sin más.
Es posible que la destrucción dé paso a la creatividad, porque la energía, es como una corriente de agua. Necesita de una guía, de un cauce. Hay creatividad cuando le guías para que pueda aprender a usarlas (mostrándole como limpiar los pinceles, cómo tomar la hoja, cómo usar la herramienta...) y después le das la libertad de hacerlo de forma autónoma.
En todos los ambientes Montessori los niños y niñas tienen una zona de expresión para poder modelar, pintar, recortar, tejer... Pueden expresar sus necesidades, sus emociones... Además, todos los materiales manipulativos les permiten explorar y conocerse. Por ejemplo, materiales sensoriales como la torre rosa les permiten explorar muchos conceptos lógicos y matemáticos y según cómo combinen sus cubos (algo que hacen con total autonomía) irán descubriendo por sí mismos algunos conceptos.
Los mitos falsos de Montessori - 5. Necesitas mucho espacio en casa
Falso mito Montessori número 5: Aplicar Montessori en el hogar requiere mucho espacio y materiales. ¡Falso!
Integrar la filosofía Montessori en un hogar lo que más requiere es consciencia por parte del adulto y tiempo. Para crear un buen ambiente en casa no es necesario tener mucho espacio, lo que sí puedes hacer es reorganizar algunos espacios para que sean también accesibles para los niños. Por ejemplo, poner un escalón para que alcancen encimeras, reorganizar el armario para que tengan a su altura bien ordenada la ropa de más rotación diaria... Pequeños cambios hacen grandes resultados; los mayores cambios se han de dar en el adulto.
Montessori y los niños - 6. Es solo una moda
Y, para terminar, vamos a analizar uno de los falsos mitos que seguro has escuchado alguna vez: Montessori es solo una moda; toda la vida nos educaron a base de castigos y tan mal no hemos salido. ¡Falso!
Montessori no es una moda, es ciencia. Si hay algo que me enamora del método Montessori es que todo, absolutamente todo, tiene detrás un sustento científico y lógico. La doctora Montessori primeramente se dedicó a observar a los niños y las niñas. Se decidió a estudiar sus movimientos, sus tiempos, sus elecciones y sus necesidades por todo el mundo. Y a partir de ahí desarrolló un método educativo que permitiera acompañar todo lo que sus estudios científicos demostraban sobre el desarrollo humano.
Años después, la neurociencia ha confirmado lo que ya había anticipado la propia María Montessori. La mano es la herramienta de la inteligencia. La experiencia es fundamental para el aprendizaje, porque el ser humano necesita emocionarse para aprender. Educar acompañando necesidades, educar a los niños como seres valiosos, los convierte en seres valiosos, en seres seguros de sí mismo, curiosos, que respetan y aman lo que les rodea. Y eso es el mejor activo que podríamos tener como humanidad.
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Bibliografía
- Obregón, N. (2006) Quién fue María Montessori. Contribuciones desde Coatepec, Universidad Autónoma del Estado de México, (10), pp 149-171. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/281/28101007.pdf