Cuento corto de los Tres Reyes Magos para que los niños se porten bien

Hemos creado este cuento corto de los Tres Reyes Magos para que los niños se porten bien. Se titula 'El libro de las buenas acciones' y en él los Reyes de Oriente van anotando cada actitud, cada acción y cada palabra que dicen los pequeños a lo largo del año. Así, Sus Majestades saben perfectamente quién se porta bien y quién no. Ahora la pregunta es: ¿afectará esto la entrega de regalos el 6 de enero? ¡Descúbranlo!

Cuento para niños sobre los Reyes Magos - El libro de las buenas acciones

Había una vez, tres Reyes Magos que viajaban a través de las arenas infinitas del desierto bajo un cielo repleto de estrellas. Ellos eran Melchor, Gaspar y Baltasar, y cargaban siempre regalos de gran valor: oro, incienso y mirra, para ofrecer al Niño Jesús que había nacido bajo la estrella más brillante. Ese había sido su viaje más importante hasta ahora.

Pero antes de emprender su largo viaje, los Reyes Magos se reunieron en una antigua sala llena de mapas debatiendo la importancia de la bondad y la generosidad. Acordaron que en su camino hacia el Niño Dios, también visitarían los hogares de otros niños del mundo, eso sí, premiando a aquellos que habían sido amables y considerados con los demás.

Los Reyes Magos sabían que la verdadera bondad no siempre es fácil de encontrar y que a veces, incluso los niños más dulces pueden tener dificultades para portarse bien todo el año. Así que, decidieron llevar consigo 'El libro de las buenas acciones', un libro mágico donde registraban todas las buenas acciones que los niños habían hecho a lo largo del año.

Este libro no se fijaba en pequeños errores, sino que brillaba intensamente con cada acto de bondad y cada palabra amable. La noche antes de la gran fiesta de la Epifanía, los Reyes prepararon sus camellos y cargaron sus sacos llenos de juguetes. Sabían que esta noche era muy especial y querían asegurarse de que ningún niño fuera olvidado.

Así, en la primera casa que visitaron, los Sus Majestades observaron a través de la ventana a un pequeño niño que ayudaba a su hermanito a ponerse las pantuflas, acomodarse la pijama, a lavarse los dientes y a servirse un vaso de leche. El Rey Melchor sonrió y, sacando un pequeño tren de madera de su saco, lo dejó muy bien acomodado junto a sus zapatos.

En la siguiente casa, el Rey Gaspar vio a una niña chiquita compartiendo su merienda con un pequeño niño que no tenía nada para comer. Los vio sentados en la entrada de la casa comiendo galletas y tomando un vaso de leche. Entonces el Rey Gaspar dejó para ella un libro de cuentos encantados junto a su ventana. ¡Sabía que ella amaba este tipo de historias!

Finalmente, en otra casa, el Rey Baltasar escuchó a un niño consolando a una amiga que estaba triste, mientras trataba de acomodar el vestido roto de su muñeca favorita. La pequeña lloraba con desconsuelo y el niño quería confortarla tratando de arreglar el vestido maltrecho. El Rey Baltasar, con un gesto lleno de alegría, dejó una caja de pinturas nuevas al pie de su cama. ¡Justo lo que él quería!

Así continuaron los Reyes Magos, encontrando a niños que compartían con los demás, que ayudaban a los otros sin esperar nada a cambio, que buscaban la manera de consolar a quien lloraba y que ofrecían palabras de consuelo y amistad. Con cada buena acción, 'El libro de las buenas acciones' se iluminaba y los Reyes Magos dejaban un regalo como señal de su aprecio.

Cuando la noche llegó a su fin, los Reyes Magos se detuvieron un momento para descansar. Miraron hacia atrás y vieron una estela de casas iluminadas con la alegría de los niños que ya tenían sus regalos. Sabían que habían hecho algo más que repartir juguetes; habían fomentado la bondad y la generosidad en los corazones de los niños, y ese era el regalo más preciado de todos.

Cansados pero felices, los Reyes Magos continuaron su camino hacia donde estaba el Niño Jesús, sabiendo que el próximo año volverían a recorrer el mundo, para llenar de ilusión y esperanza los corazones de los niños que se esforzaban por ser mejores. Año tras año, la leyenda de los Reyes Magos continúa, lo que nos recuerda la importancia de ser buenos, generosos y amables todos los días del año.

9 tips para ayudar a los niños a que se porten bien todo el año

Educar a los niños para que se porten bien durante todo el año es una tarea que requiere mucha consistencia, amor y, sobre todo, paciencia. Aquí, algunos consejos para los padres para guiar a sus hijos hacia un comportamiento positivo:

1. Establece expectativas claras. Los niños deben entender lo que se espera de ellos. Establece reglas claras y consecuencias coherentes si no se cumplen esas expectativas.
2. Sé un buen modelo a seguir. Los niños aprenden mucho de imitar a los adultos, así que el ejemplo es vital. Demuestra el comportamiento que te gustaría ver en tus hijos.
3. Elogia el buen comportamiento. Reconoce cuando tus hijos se comportan bien, el refuerzo positivo es una buena herramienta para fomentar el comportamiento deseado.
4. Crea una rutina. Los niños se benefician de la estructura y la rutina diaria ayuda a los niños a sentirse seguros.
5. Practica la resolución de conflictos. Enséñale a tu hijo a resolver disputas con palabras, no con acciones físicas o gritos.
6. Gestiona tus propias emociones. Los padres deben mantenerse calmados y controlados cuando manejan el mal comportamiento. Así los niños pueden aprender también a gestionar sus emociones.
7. Fomenta la empatía. Habla con tus hijos sobre cómo sus acciones afectan a otros y ayúdales a entender los sentimientos de los demás.
8. Limita las influencias negativas. Presta mucha atención a los programas de televisión, a los videojuegos y a las amistades que pueden influir negativamente en el comportamiento de los niños.
9. Sé consistente. Los niños necesitan consistencia en las reglas de los padres respecto a su comportamiento. Esto les ayuda a entender y a prever las consecuencias de sus acciones.

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