Quemaduras infantiles. Tratamientos y cuidados
Cómo debemos limpiar, curar y tratar las quemaduras de los niños
- Cómo se tratan las quemaduras infantiles
- Las quemaduras eléctricas y los niños
- Las quemaduras infantiles por sustancias químicas
Las quemaduras son uno de los accidentes infantiles más comunes en el hogar. Suponen un riesgo para los niños cuando, debido a su edad, no toman precauciones para no quemarse al lavarse con agua demasiado caliente o derramar el plato de sopa.
Los bebés y los niños son más vulnerables a las escaldaduras provocadas por agua y líquidos calientes. No obstante, estas quemaduras, consideradas leves, no representan un problema serio y es posible tratarlas sin riesgos en el hogar. En cambio, las quemaduras más graves de segundo o tercer grado requieren atención médica.
Cómo se tratan las quemaduras infantiles
Antes de actuar, conviene determinar ante qué tipo de quemadura nos encontramos para aplicar el tratamiento más indicado.
Quemadura superficial o de primer grado
Es la más común entre los niños y lo primero que hay que hacer es sumergir la quemadura en agua fría, nunca en agua helada. Tampoco es conveniente aplicar hielo directamente sobre la quemadura, pasta de dientes, manteca o aceite porque podría ocasionar más daño en la piel.
Tras enfriar la quemadura, aplica una crema con aloe vera o una crema especial para quemaduras con antibiótico. El ibuprofeno o el paracetamol por vía oral pueden ayudar a mitigar el dolor del niño.
Si la quemadura de primer o segundo grado está en la cara, manos, pies o genitales del niño, llévale al médico enseguida.
Quemadura de segundo grado
En primer lugar, sumerge la quemadura en agua fría durante 15 minutos. Después, aplica una crema con antibiótico y cubre la quemadura con un apósito no adherente fijándolo con una gasa o con cinta. Cambia el apósito todos los días y aprovecha para revisar la quemadura por si existen indicios de infección como enrojecimiento, hinchazón o pus.
Para cambiar el apósito, asegúrate de tener las manos bien limpias, luego lava la quemadura y aplica una crema antibiótica. Para prevenir la infección evita que el niño se intente reventar las ampollas, mantén sus uñas cortas y procura que no se rasque alrededor del área quemada. El área quemada será sensible a los rayos solares durante un año.
Quemadura de tercer grado
Es la quemadura más grave y necesita asistencia médica. No le quites al niño la ropa quemada que esté pegada a la piel, ni sumerjas la quemadura en agua. Acude a Urgencias inmediatamente.
Las quemaduras eléctricas y los niños
Las quemaduras por electricidad, que ocurren cuando por ejemplo un niño mete los dedos en un enchufe o se quema con un cable de la luz, suelen causar lesiones graves dentro del cuerpo. Las lesiones no se aprecian, por tanto, sobre la piel y, por este motivo, hay que llevar al niño inmediatamente al médico o llamar a la asistencia sanitaria. Entre tanto, hay varias cosas que debes tener en cuenta:
1. Antes de atender al niño y tocarlo, asegúrate de que ya no está en contacto con la fuente de electricidad porque, si no, tú también sufrirás la descarga eléctrica.
2. Lava la zona quemada con mucha agua corriente durante, al menos, 5 minutos.
3. No le quites la ropa quemada al niño por si estuviera pegada a la piel.
Las quemaduras infantiles por sustancias químicas
Cuando las quemaduras por sustancias químicas se han producido en la boca o en los ojos de los niños, requieren la evaluación inmediata del médico, después de haber lavado bien con agua. Si el niño ha ingerido el producto es probable que las quemaduras sean graves por el posible daño a los órganos internos del niño y debes llevar a tu hijo a urgencias. Será de gran ayuda saber qué tipo de sustancia química ingirió el niño o a cuál estuvo expuesto. Los síntomas pueden variar, según el tipo y la gravedad de la quemadura, y pueden incluir dolor abdominal.
Si en lugar de una sustancia química, el niño ha ingerido un objeto peligroso (como la pila de un reloj), lleva también a tu hijo a Urgencias.
Una quemadura por una sustancia química debe lavarse con grandes cantidades de agua y jamás pongas nada en el área quemada porque se podría desencadenar una reacción química en la zona que podría empeorar la quemadura. Así mismo, conviene quitar al niño la ropa impregnada con la sustancia lo antes posible y meterle debajo de la ducha para que el agua se lleve cualquier resto que pueda quedar sobre la piel.
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