Qué significan las distintas posiciones de la placenta en el embarazo

La placenta es uno de los órganos del cuerpo de la embarazada que más dudas provoca en la mujer. Por un lado, la importante función que cumple - a través de ella el bebé obtiene de su madre el oxígeno, nutrientes y el alimento que necesita para desarrollarse dentro del útero - y, por el otro lado, por las complicaciones que pueda tener el lugar donde esté situada. Hoy quiero hablarte de qué significan las distintas posiciones de la placenta en el embarazo. 

Qué funciones cumple la placenta para el desarrollo del bebé

¿Sabías que, en contra de lo que se cree la placenta no migra y no cambia de posición? Ella se adhiere a un lugar específico del útero y de ahí pareciera movilizarse a medida que crecen las paredes uterinas, pero en realidad no se mueve.

Sería maravilloso que pudiera migrar a donde le digamos cuando está atravesada en el canal del parto (placenta previa), sin embargo tiene otras bondades maravillosas que les voy a detallar a continuación. Pero ¡pilas! Estoy segura que llegará el día en que le podamos ordenar a la placenta su ubicación ideal y, no solo eso, llegará el día en que podamos 'programar a la placenta'. Y, también, añadirle cualidades o quitarle defectos de manera que podamos evitar enfermedades gravísimas como la preeclampsia, cuyo origen está muy asociado a la placenta. 

O, quizás, vamos a poder regular los canales que transportan mucha glucosa hacia el hijo de una madre diabética como si fuera el canal de Panamá, controlando todo lo que envíe la madre a su bebé, y desechando todas las toxinas, como esa cerveza que no debiste tomarte a tus 25 semanas de embarazo o eliminando esa nicotina que respiraste cuando tu amiga, la chimenea, no pudo evitar fumarse un cigarrillo en presencia de la gestante.

Pero aunque no hemos llegado a la era de la programación placentaria, este órgano maravilloso cumple montones de funciones fundamentales para el desarrollo saludable del bebé y para la protección del binomio madre-feto. 

En el latín la placenta significa 'torta' y, precisamente, su aspecto es el de una torta sangrienta hecha con carne molida. Este pastel envía sangre oxigenada al bebé a través del cordón umbilical, filtra toxinas, contiene nutrientes necesarios para el desarrollo fetal y está involucrada en la armonía del líquido amniótico. Una vez que se produce el parto, la placenta es expulsada por el útero, hecho que es llamado 'alumbramiento', ya que el trabajo de esta torta ya fue cumplido y, por ende, se caduca. 

Las posiciones de la placenta en el embarazo 

La placenta suele ubicarse en el fondo del útero, es decir, en el lado contrario al orificio del cuello uterino, pero ¿qué ocurre si se ubica cerca de este orificio o inclusive cubriendo el canal del parto? Es la llamada placenta previa. Pueden haber tres localizaciones de esta:

- Placenta previa marginal. Llega al orificio cervical pero no lo cubre.

- Placenta previa oclusiva parcial. cubre parcialmente el orificio cervical.

- Placenta previa oclusiva total. Cubre todo el orificio cervical.

Cuando tenemos este tipo de placenta, la complicación más común es sangrado vaginal, que se puede producir a finales del segundo trimestre de embarazo o en el tercer trimestre, y que conlleva a amenazas de parto prematuro y, por ende, ingresos a hospitalización para evitar éstas consecuencias.

La manera que tenemos de diagnosticarla es a través de la ecografía y, específicamente, la transvaginal. Una vez corroborada la ubicación de la placenta previa es necesario programar una cesárea después de las 37 semanas y advertir de los riesgos de sangrado y prematuridad. Las mujeres que tienen más riesgo de tener esta ubicación placentaria son aquellas que tengan cesáreas o alguna cicatriz previa en el útero, como miomectomías o malformaciones uterinas.

Existe otra condición de la placenta que ha aumentado en incidencia debido a la realización desmesurada e innecesaria de cesáreas sin criterio alguno: la placenta ácreta. Este tipo de placenta se adhiere al músculo del útero (placenta ácreta), puede infiltrarse en la pared uterina (placenta increta) o puede inclusive sobrepasar la pared del útero e invadir otros órganos como la vejiga (placenta percreta).

Mientras más cicatrices (cesáreas o cirugías como miomectomías) tenga tu útero, más probabilidades habrá de desarrollar esta condición que no permitirá que la placenta sea expulsada por el útero, conllevando a hemorragias y finalmente a la remoción del útero (histerectomía).

Pero ¡calma! Tenemos cómo diagnosticarlo a tiempo con ecografía complementada con Doppler, de manera que podamos advertir las complicaciones y programar una cirugía apropiada, aminorando los riesgos para la madre y el bebé.

Qué es la placentofagia o la pasión por comerse la placenta 

Hoy en día nuestra querida placenta ha cobrado importancia mas allá del alumbramiento en el mundo cosmético, y es que le han atribuido propiedades bondadosas para la piel, como su contenido en colágeno, lo cual proporciona elasticidad a la piel y se ve implicada en tratamientos para el acné. Tanto es así que mucha gente se la quiere comer (placentofagia), en forma de polvo, o de cápsulas, en batidos, o al natural. 

También existen razones culturales para que muchas madres quieran sacarle provecho a su placenta, por esto en muchos países existe como normativa en los centros de salud tener que ofrecer la placenta a todos los padres que recién han dado a luz.

Como ves la placenta es una torta bondadosa y necesaria, pero se puede convertir en un peligro cuando no está bien ubicada y peor cuando no es diagnosticado a tiempo. De ahí la importancia de acudir a tus controles prenatales periódicos para que cómo obstetras podamos advertirte cualquier condición inusual. Estoy segura de que de esta manera podrás tener un parto seguro y, hasta si quieres, podrás solicitar tu placenta y comértela como toda una Kardashian. 

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