Técnicas para enseñar a un niño con autismo las letras y los números
¿Qué pueden aprenden los niños con Trastorno del Espectro Autista a través de la experiencia sensorial?
- ¿Cómo puedes enseñar a los niños con autismo los colores y las letras?
- El aprendizaje a través de la memoria visual en niños con autismo
- La importancia de la música en la enseñanza de los niños con autismo
Gracias a estas técnicas para enseñar a un niño con autismo las letras y los números, descubrirás que hay muchas de este tipo, pero no todas funcionan igual para cada pequeño. Los niños con Trastorno del Espectro Autista tienen una manera muy especial de percibir el mundo, y es por eso que necesitan diferentes estrategias, pero siempre adaptadas a sus intereses, fortalezas y necesidades sensoriales. Aquí, las herramientas prácticas y respetuosas que te ayudarán a enseñarles de forma efectiva y amorosa.
¿Cómo puedes enseñar a los niños con autismo los colores y las letras?
Sabemos que una de las principales limitantes que pueden presentar algunos niños con autismo está vinculado a la comunicación y al lenguaje, ya sea porque la presentan de forma parcial (hablan poco) o está ausente. Como el lenguaje es una función mental superior, donde su componente expresivo oral espontáneo necesita muchísimas redes neuronales del cerebro (grupo de neuronas conectadas) para que se lleve a cabo, debemos hacer uso de múltiples herramientas para que sea funcional y efectivo.
Pero, cuando estamos ante la condición de autismo se nos presentan muchos retos por la diversidad de presentación de esta condición. Generalmente en el Trastorno del Espectro Autista, cuesta que los niños tengan un adecuado contacto visual, sus periodos de atención son cortos o tienen intereses restringidos por algunos temas, es decir, pueden interesarse por una única temática, película, videojuego o comiquita en particular, dedicando horas de su tiempo a jugarla o contemplarla.
Ante este último punto es importante detenernos, ya que los intereses restringidos debemos buscar atenuarlos progresivamente para que ellos sean más flexibles y puedan integrarse mejor desde la perspectiva social. Sin embargo, también es cierto que esos mismos intereses pueden convertirse en puertas de entrada muy poderosas para motivarlos y enseñarles. Adaptar el contenido educativo a sus temas favoritos es una de las mejores formas de captar su atención y mantenerla.
Por ejemplo, si un niño tiene fascinación por los trenes, puedes usar vagones para representar letras o números, e incluso crear rutas con estaciones donde cada parada representa un color o letra diferente. Este tipo de enseñanza multisensorial les permite relacionar conceptos con imágenes concretas y emocionales. Cuando queremos incrementar el interés de nuestros niños al aprendizaje, podemos hacer uso de estos temas para captar un poco más de su atención y lograr que fijen letras, colores y números.
El aprendizaje a través de la memoria visual en niños con autismo
Considerando también que en la condición, la percepción a través del sentido de la visión suele estar más consolidada, podemos mostrar lo que queremos enseñarles a través de esa temática. Por ejemplo: si tienen predilección por los dinosaurios, podemos enseñarles las letras con este animal, colocar varios en serie para incentivar los números y hacer que describan los colores que ven en cada tipo.
Una vez presentados a través de su asunto predilecto, debemos llevarlo a su cotidianidad, es decir, aplicar los colores a las cosas que usan: si consumen una fruta o vegetal de color verde, asemejarlo con el color verde visto en el dinosaurio, así como cuando vayan al parque y vean las hojas. Además, es importante incentivar no solo con la instigación verbal (solo decir que lo vean).
Debemos tratar de acompañarlo de instigación física (tocarlos suavemente hacia donde quieren que vean). Dar funcionalidad y mostrarles la consonancia con lo aprendido hará que pase de una memoria de corto a una de largo plazo. Otra técnica efectiva es el uso de tableros visuales o pictogramas. Estas herramientas permiten organizar secuencias de letras, números o colores, y facilitan el reconocimiento visual.
Existen apps y juegos interactivos diseñados especialmente para niños con autismo, que integran imágenes, sonidos y movimientos para reforzar conceptos básicos de forma divertida. También es útil trabajar con plastilina, letras magnéticas o bloques de colores que ayudan a reforzar la memoria visual y motora. A la vez, pueden repetir en voz alta el nombre del símbolo, asociando el movimiento con el sonido.
La importancia de la música en la enseñanza de los niños con autismo
Hay que decir que estas técnicas no necesariamente se traducirán rápidamente en una aparición del lenguaje expresivo oral espontáneo, es parte de la motivación, pero podemos obtener más ganancia en el lenguaje lectoescrito que debe ser igualmente fomentado (incluso tanto o más) que el habla. Ante su selectiva o inexistente conexión social, el escribir suele ser un medio de comunicación y expresión de emociones más viable.
Además, la lectura compartida desde edades tempranas, con libros adaptados a pictogramas o con imágenes muy coloridas, ayuda a establecer rutinas visuales, fomenta la anticipación y da estructura al aprendizaje. Igualmente en la edad preescolar y escolar el uso de la música tiene un rol fundamental en los procesos de aprendizaje, por lo que otra recomendación es buscar temas musicales relacionados a esa temática de interés, con canciones elegidas claras, sencillas, bien pronunciadas y sobre todo repetitivas.
Esto lo que fomenta, básicamente, es el lenguaje inducido, que es el ya fabricado por otros y más fácilmente aprendido (usa menos redes neuronales), iniciando un mejor proceso de aprendizaje del lenguaje. Las canciones infantiles con repetición de palabras como 'los colores', 'las vocales', o 'los números' ayudan a consolidar los conceptos a través del ritmo y la melodía. El acompañamiento corporal (aplaudir, moverse o señalar imágenes) refuerza la memoria sensorial.
Debo destacar que las características descritas en el autismo no necesariamente se cumplen en todos los que son diagnosticados. La gama de presentación es tan amplia que se deben conocer las fortalezas y debilidades de cada niño para poder entablar el plan de acción que más se adecúe a cada uno. Por eso, antes de implementar cualquier estrategia, es ideal realizar una evaluación interdisciplinaria con terapeutas del lenguaje, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos y, si es posible, con un neuropsicólogo infantil.
A su vez, esta herramienta terapéutica debe estar acompañada del estudio de bases orgánicas vinculadas a la condición, dígase probables alteraciones neurológicas, inmunológicas, metabólicas y/o gastrointestinales para que una vez subsanadas, mejoren el pronóstico. Finalmente, recordemos que más allá del aprendizaje académico, lo más valioso es construir una relación basada en la confianza, la paciencia y el respeto por los tiempos únicos de cada niño, que serán el mejor acompañamiento en este camino de descubrimiento.
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Bibliografía
- Hervás Zúñiga, A., Balmaña, N., et al. (2017) Los trastornos del espectro autista (TEA). Revista Pediatría Integral, vol. XXI, núm. 2. Hospital Universitario Mutua Terrassa (ed.) España, pp. 92-108 Disponible en: https://www.adolescenciasema.org/ficheros/PEDIATRIA%20INTEGRAL/Trastorno%20del%20Espectro%20Autista.pdf